11/11/2016
 Actualizado a 07/09/2019
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Antes que le mundo diera un vuelco hace un par de madrugadas, mi cerebro ya se había ya quedado en shock tras una conversación con amigos en la que me enteré de que cuando los niños pasan del colegio a la ESO, la mayoría de los padres pagan como peaje un móvil smartphone. Tienen doce años. El resto lo llevan puesto de antes, porque también está estandarizado que los del último curso de Primaria, tengan su propio teléfono inteligente y lo usen a diario. No son unos pocos adelantados. Son prácticamente todos. A quien les pregunto se sorprenden de que me sorprenda. Se ve que estoy a la última en tecnología y adolescencia.
En el instituto, lo común es que lo lleven a clase. Dicen que lo usan en los recreos y en los cambios de clase. Cuando pregunto para qué, me responden, ¿para qué va a ser? Reflexiono sobre si unos niños de doce años saben que el precio de un smartphone de esos que llevan a veces roza el valor del Salario Mínimo de este país. Los del colegio parece que a claseno lo llevan. Otra amiga que trabaja en un cole me responde:O al menos yo no los he visto. Pero he visto cosas que vosotros no creeríais. He visto naves en llamas más allá de Orión. He visto padres montando el pollo en el patio porque los niños se insultan porWhatsapp y snapchat por las tardes...Y yo tiemblo de miedo y me dan ganas de pirarme más allá de Orión. Porque más acá veo que lo que está ardiendo es la cordura.Y lo peor es que me veo pagando el peaje de aquí a nada...
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