Nava 39 - 31 Ademar: 'Sin defensa y a la deriva'

Tercera derrota consecutiva en Liga de Ademar, que fue víctima de su fragilidad defensiva y se estrelló con un Patotski muy inspirado

Alejandro Cardenal
05/10/2021
 Actualizado a 05/10/2021
Ademar cayó con claridad ante el Nava. | DANI PÉREZ
Ademar cayó con claridad ante el Nava. | DANI PÉREZ
Ademar sigue a la deriva. El equipo leonés cosechó su tercera derrota consecutiva en Liga ante Nava (39-31) en un encuentro en el que la fragilidad defensiva, las pérdidas y la inspiración de Patotski descompusieron a un equipo que encaró bien el choque pero se desdibujo a raíz de la lesión de Jozinovic.

El partido empezó con los ataques mucho más entonados que las defensas. Si la eliminatoria europea ante Logroño ya había dado pistas de que atrás Ademar no vive su mejor momento y que ni todo el engranaje defensivo en general, ni Bomastar y Panos en particular, están consiguiendo encontrar su mejor versión, tras una primera parte para olvidar ya no hay dudas: Manolo, tenemos un problema.

Y es que pese a que los discípulos de Cadenas salieron a pista con buen pie y la ambición de marcar territorio y achicar a los locales con dos buenos ataques por el interior que finalizaban Milosavljevic y Virbauskas con contundencia, a Nava le costó muy poco entrar en una dinámica de intercambio de golpes en la que pareció moverse como pez en el agua.

Así, los leoneses no lograban despegarse en el marcador y solo conseguían pequeñas ventajas de uno o dos tantos hasta que, en el ecuador del primer acto, se produjo la acción que cambió el partido. Jozinovic caía mal tras un bloqueo de Tsanaxidis y sufrió una lesión que se teme pueda terminar en una fractura de cubito y radio. Sin su único zurdo de primera línea, Ademar se atascó y las pérdidas, otra vez las malditas pérdidas, se multiplicaron.

Y si el partido ya se estaba poniendo cuesta arriba, con el despertar de Patotski a Ademar se le apagó la luz en ataque y la pendiente se convirtió en un puerto de montaña. El portero del equipo segoviano, que ha empezado la temporada muy enchufado con unos porcentajes absolutamente descomunales, no estuvo especialmente inspirado en los primeros compases del partido, pero en cuanto tapó el primero balón se convirtió en un muro que desesperó a Ademar.

Porque ver al rival deteniéndolo absolutamente todo mientras en tu portería, salvo unos buenos minutos de Panos en la recta final de la primera parte, cada lanzamiento se convertía en gol, fue un mazazo a nivel psicológico del que los leoneses fueron incapaces de levantarse.

Si bien los cuatro goles de desventaja con los que se llegaba al descanso parecían remontables, el inicio de segunda parte tiró por tierra cualquier intento de remontada. Todo lo que había condenado a los leoneses en el primer acto se multiplicó en el segundo. La defensa continuó haciendo aguas ante un D´Antino totalmente desatado, mientras en ataque, las prisas volvieron a jugar una mala pasada y las pérdidas dejaron a Ademar sin la continuidad necesaria para meter el miedo en el cuerpo a los locales. Y cuando aparecía un hueco, aparecía Patotski, que estuvo inmenso.

De hecho, el cancerbero se sumó a la fiesta a diez minutos del final con un gol desde su área aprovechando que Ademar, en inferioridad, jugaba sin portero, y ampliaba a ocho la ventaja de los locales, lo que ante un equipo con doble excluido y totalmente fuera de sí, suponía la sentencia.

Así, la recta final del choque fue un simple trámite y una fiesta para los locales, que con la victoria en el bolsillo y a la espera del resto de la jornada, se colocan terceros en la tabla. La machada de los segovianos contrasta con la deriva de Ademar, que tiene cosas que mejorar si no quiere naufragar.
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