Los tres días que pasaron entre la derrota del Abanca Ademar en el Palacio ante Logroño a la victoria de los leoneses en el mismo escenario ante el Metalurg apuntan a ser un misterio a estudiar en el mundo del deporte. De ser un equipo cerca de tocar fondo, al que no le salía nada en ataque y permisivo en defensa, el equipo leonés ha vivido una transformación espectacular que le ha llevado a solventar la temible semana que este domingo terminó en Nava con un pleno de triunfos prácticamente inimaginable el lunes.Porque ante el conjunto segoviano el equipo de Manolo Cadenas volvió a dar una lección, esta vez defensiva, que le llevó a pasar el rodillo tal y como hizo en Artaleku dejando el partido visto para sentencia en pocos minutos y, esta vez sí, sin volver a sufrir más.
No hubo partido en Nava de la Asunción, en gran medida por la sensacional actuación en portería de un Khalifa Ghebdane que firmó unos números de lo que por otra parte es, campeón de Europa. Más de 20 paradas para un guardameta que dejó en 5 goles al Nava en la primera mitad también por la gran aportación defensiva de un 6-0 que lideró un Andrew Donlin que por segundo partido consecutivo volvió a ser el líder que extrañaba el centro de la zaga ademarista.
Khalifa Ghebdane cuajó una actuación estratosférica, con más de 20 paradas que hundieron el ataque de NavaCon el candado atrás, fue el Abanca Ademar un torbellino en ataque ante el que nada pudo hacer enfrente el equipo de Diego Dorado, que se quedaba sin argumentos para intentar parar al que fuera su equipo tal y como demuestran los dos tiempos muertos agotados al cuarto de hora de partido.
Para ese momento el Ademar ya ganaba por 7 goles (2-9). porque no solo estaba bien en defensa sino que encontraba siempre soluciones en ataque con dos exademaristas como Patotski y Lamariano incapaces de tocar un solo balón hasta muy avanzado el partido. Marchán, Lucin y Gostovic lideraban el ataque ademarista en un cóctel que permitía que la ventaja no hiciese otra cosa que aumentar. Los 12 goles a favor de los leoneses al descanso (5-17) hablaban por sí solos, sin necesidad de más análisis, de lo que había pasado sobre la pista.
No es Nava Bidasoa, pero estaba claro que el partido no había ni mucho menos acabado para el Ademar con el objetivo claro de no permitir no que los segovianos se metieran en el partido, sino que el parcial de la segunda mitad fuera también favorable a los leoneses.
No fue así y el triunfo no fue redondo por varios factores, entre ellos que la portería navera con Patotski empezó por fin a detener algunos lanzamientos.Bajó la intensidad defensiva el Ademar en medio de continuas rotaciones que, por ejemplo, dejaron a Piechowski junto a Semedo en el centro de la misma, lo que sin duda notó el equipo. Kisselev tampoco tuvo el día atrás y eso permitió a Nava plantar batalla liderado por Mota y con el ejemplo del leonés Rodrigo Pérez, líder ofensivo de su equipo y que no anotó hasta el 12-22 en el mejor ejemplo del mal día de los suyos.
Sin embargo, Khalifa seguía destrozando los números bajo palos y el ataque leonés seguía funcionando con Semedo soltando el brazo y Lucin destascando cuando era necesario, lo que permitía mantener la ventaja en torno a la decena de goles. Así fue hasta que el equipo ademarista se vio negado de cara a la portería rival, fallando incluso un par de contraataques que permitieron a Nava firmar un parcial de 5-0 para acabar el partido que sirvió a los locales para maquillar el marcador y a los visitantes para no poder redondear una actuación brillante.
Poco importa de cualquier forma ese detalle a la hora de mirar el global de una semana inmejorable a nivel de resultados y prácticamente similar en lo que se refiere a juego y sensaciones que deja el equipo. El ‘nuevo’ Ademar está lanzado y en precisamente en Nava arranca el siguiente reto, otra vez de auténtica altura, la visita a Toulouse con la oportunidad de dar un golpe sobre la mesa en competición europea. Que el ritmo no pare.