Nati, una centenaria en plena juventud

Natividad Fernández Calvo, nacida en Armunia, cumple este sábado cien años rodeada de sus siete hijos vivos, 14 nietos y 12 bisnietos con una gran lucidez e increíble vitalidad

Fulgencio Fernández
12/03/2022
 Actualizado a 12/03/2022
Nati rodeada de su "gran familia" en una celebración familiar.
Nati rodeada de su "gran familia" en una celebración familiar.
Los hijos, nietos y biznietos de Nati llevan días preparando una ‘fiesta’ sorpresa y no les está resultando nada fácil pues la lucidez de la matriarca de la familia es  envidiable «y se entera de todo lo que ocurre a su alrededor; más bien lo protagoniza», dice su nieta Marta mientras enseña una fotografía de hace tan solo unos meses en la que Natividad Fernández Calvo aparece disfrazada de india. «Hicimos una fiesta de disfraces y ella se apuntó la primera; ahí la tienes», pero es solo un ejemplo más de la vitalidad de esta leonesa que acude a la piscina, hace gimnasia, recorre kilómetros...

Y tendrá que ir buscando un  nuevo lema motivador porque hasta ahora solía decir: «Me apetece mucho llegar a los cien años». Y ya llegó.  Concretamente hoy, pues el 12 de marzo del año 1922 nació Nati, en Armunia. «Pues habrá que buscar otro porque tener una motivación es fundamental». Y tiene mucha gracia el que está pensando.  De momento hoy se dedicará a disfrutar de los 7 hijos que viven (tuvo 8 pero una niña falleció con pocos meses de vida), de sus 14 nietos y 12 bisnietos, para los que es un referente y un ejemplo y para los que preparará unos dulces, que se le dan muy bien. «Las magdalenas que hace son espectaculares», explica su nieta Marta.

Niña de la guerra


Pese a la vitalidad y el optimismo vital de Nati su vida, como la de tantas mujeres de su complicada generación,  no fue nada fácil. Se quedó huérfana de padre siendo muy niña y con solo 14 años las circunstancias de la guerra civil la llevaron al exilio en Francia, pasando por Cataluña.

Pese a todo ello lo que más llama la atención de la nueva centenaria leonesa es su permanente sonrisa, su gusto por el color rojo, sus ganas de vivir y disfrutar... y su eterna juventud.

La de una moza de cien años.
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