Natalia Rodríguez: "Volvería pero solo con una oferta profesional atractiva con expectativas de crecimiento laboral a largo plazo"
Natalia empezó su vida de emigrada como muchos de los que se van, en la hostelería. Concretamente comenzó su aventura en Bournemonuth allá por 2009. Hasta allí emprendió una huida en busca de una vida laboral tras licenciarse en ADE y hacer prácticas en Everest. Natural de Villademor de la Vega, su idea era encontrar un trabajo «de lo mío» pero tardó dos años en llegar. Fue en el departamento financiero de la compañía de música EMI, allí se colegió como contable y pasó a trabajar en Sony, empresa que se hizo con la primera compañía. Ahora trabaja en una de las empresas más grandes de marketing y comunicación.Vuelve siempre que tiene ocasión a visitar su tierra y nunca se olvida de León y mucho menos de su pueblo, Villademor. Regresa con ilusión pero consciente de que será cuestión de unos días. Piensa en volver definitivamente a León pero solamente cuando tenga «una oferta profesional atractiva con expectativas de crecimiento a largo plazo». Algo que por el momento sí le ha dado Londres. «Nunca me imaginé trabajar en unas oficinas con más de 3000 personas. La cultura del crecimiento profesional dentro de la empresa es muy fuerte y la mayoría de las empresas apuestan por subvencionar estudios a sus empleados para que continúen desarrollándose, como fue mi caso», cuenta.
–¿Qué medidas crees que debería contener un programa para que vuelva el talento fugado?
– «Ayudas a las empresas para incentivar la contratación de personas desde el extranjero. Pero también, y en mi opinión muy importante, presupuestos para que esas empresas puedan llevar adelante proyectos que estos nuevos empleados propongan. Esos trabajadores pueden traer otro punto de vista o ideas, al haber visto prácticas que funcionan en otro país, estas podrían funcionar también en España y la empresa, y la comunidad en general, se podrían beneficiar enormemente de esto en el largo plazo».
Iván Mateos: "En Francia encontré la posibilidad de trabajar en investigación y, sobre todo, con muchos más medios"
Iván Mateos, de León, reside en Toulouse (Francia). Allí trabaja como investigador postdoctoral en el Institute National de la Recherche Agronomique (INRA). «Mi tema de investigación es la microbiota digestiva de cerdos, analizando los efectos sobre la misma de diversos tratamientos», cuenta quien se licenciase en la Universidad de León en Veterinaria, igual que su mujer Cristina Saro.Fue por ella precisamente por quien se fueron a Francia. «Consiguió una beca postdoctoral y yo, en ese momento, no tenía contrato en España», relata Iván. «Estaba acabando de escribir mi tesis y podía trabajar en casa. Además se me ofrecía la oportunidad de la experiencia, de aprender el idioma y quizá, como fue el caso, encontrar un trabajo aquí al acabar la tesis más fácilmente que en España», vaticinó entones. Ahora, con la perspectiva de estar ocupado allí, tarea que no le llevó demasiado tiempo, ve un inconveniente: «El problema que se nos plantea es que, a pesar de haber pasado un tiempo en el extranjero, las posibilidades para reincorporarse en España y seguir carrera en la investigación son escasas, por lo que mucha gente termina por afincarse fuera definitivamente».
Fuera de León ha encontrado la posibilidad de seguir trabajando en investigación «y, sobre todo, con más medios». «Aparentemente en Francia también hay quejas por los recortes, pero la situación es bastante menos complicada que en España en el sentido de financiación», explica. Para volver tiene un requisito indispensable y no es otro que la «oportunidad de trabajo con condiciones similares a las que tenemos aquí». Para que todo mejore en su país de origen ve necesario «más apoyo a la investigación, a la reincorporación de investigadores que han estado formándose en el extranjero, ya sea para incorporarse a organismos públicos de investigación o a empresas privadas».