Nadie quiere los templos del pan

Los silos o paneras muestran sus impresionantes e inconfundibles siluetas en muchos pueblos de la provincia. Fueron los templos rurales de nuestra religión agraria, de nuestro pasado... Hoy ya no encuentran quién los quiera, el viernes nueva subasta de los de Santas Martas y Valencia de Don Juan

Fulgencio Fernández
11/12/2017
 Actualizado a 11/09/2019
Los silos o paneras ofrecen la misma imagen en el horizonte leonés. | MAURICIO PEÑA
Los silos o paneras ofrecen la misma imagen en el horizonte leonés. | MAURICIO PEÑA
Cualquier viajero por la provincia los ha visto y le han llamado la atención. Son impresionantes siluetas blancas sobre el horizonte de nuestros pueblos, ahora cerrados, casi enigmáticos. Construcciones de grandes dimensiones para lo que fue nuestra arquitectura rural, de treinta metros de altura... A veces los utilizan para hacer fotografías aéreas desde sus azoteas o, por ejemplo, en el de Santa María del Páramo un grupo ecologista instaló 50 nidos de cigüeñas ... Son los silos o paneras, lugares de gran actividad en tiempos y hoy edificios vacíos que, en la mayoría de los casos, buscan compradores. El próximo día 15, viernes, hay una nueva subasta de 28 silos, dos de ellos leoneses, concretamente los de Santas Martas (Valdearcos) y Valencia de Don Juan. El resto son de Burgos, Salamanca, Zamora, Soria, Sevilla, Teruel, Zaragoza, Ávila, Córdoba, Jaén...

La Red Nacional de Silos levantó 672 silos y 277 graneros por toda España entre los años 1940 y 1984 Por toda España pues existió una Red Nacional de Silos y Graneros, desarrollada entre los años 1940 y 1984, y a la que pertenecían la más que considerables cifra de 672 silos y 277 graneros construidos, todos ellos bajo un modelo arquitectónico común, pensado para apilar gran cantidad de grano y llevar a cabo las faenas que su almacenamiento precisaba; aunque como siempre los propios trabajadores los fueron acomodando a la realidad. Así lo recordaba Eduardo Fraile Monje, responsable del de Santa María del Páramo: «Este teléfono lo pusimos nosotros, es de manivela, como los de los barcos, para llamarnos de planta a planta... Y aquí permanece otro invento para levantar esa trapa y meter los sacos por aquí», explicaba en una visita a este silo en el que trabajó toda su vida laboral, ya que «saqué las oposiciones y fue mi primer destino, y en él me jubilé 40 años después cuando la actividad comenzaba a estar bajo mínimos».

Recordaba que nació la red para controlar las cosechas, unos años extraordinarias y otros muy pobres, y regular así su precio. Su desarrollo es realmente espectacular durante cuatro décadas que fueron de gran actividad agrícola en la provincia y en el país, hasta que en 1984 nueva Ley terminará con el monopolio triguero llevado a cabo durante 47 años por el Estado Español. Esta determinación será requisito indispensable para la entrada de España en la política económica común europea.

Ahí nació el olvido. El abandono. La visión de estas catedrales del pan cerradas al culto agrícola. Y también comenzó una larga carrera de titularidades públicas —del Estado, la Junta...— y de subastas, en la mayoría de los casos sin encontrarles comprador.

Así llega la próxima subasta de 28 silos el próximo viernes a cargo del Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA), organismo dependiente del Ministerio de Agricultura. El de Santas Martas sale con un precio de tasación en primera subas de400.344,71 euros. y el de Valencia de Don Juan de549.341,01 euros.

Revilla: "Los silos son patrimonio industrial, están catalogados como tal y en muchos casos reaprovechados" La descripción del coyantino, por ejemplo, explica del silo: «Edificio destinado a silo para el almacenamiento vertical de cereales. Tiene una planta sótano y ocho plantas sobre rasante, en total nueve plantas, y una capacidad para cuatro mil setecientas toneladas. Presenta veinticuatro celdas de sección cuadrangular más otras dos de pequeñas dimensiones para su vaciado. La mayor parte de las celdas son apoyadas, y las restantes, colgadas, se apoyan en planta primera mediante un embudo realizado de obra que permite su descarga. Cuenta con una nave adosada, en su lado Este, que se destina a oficinas».

Tres de los leoneses dependen del Ministerio de Agricultura (los dos señalados y el de Sahagún) y ya han salido a subasta en varias ocasiones sin encontrar comprador; el deSanta María del Páramo (dependiente de la Junta) se lo han cedido a la Cooperativa del Campo Leonés, pero ésta hace años que no le da ninguna utilidad; el de Valencia tuvo una cesión temporal al ayuntamiento...

Mucho se ha debatido sobre el valor arquitectónico de estos edificios y también sobre su utilidad. Hace tan solo unos días este periódico acogió una ‘polémica’ entre el sindicalista agrario José Antonio Turrado, de Asaja, y el historiados y especialista en arquitectura industrial Javier Revilla, quien le recordaba al primero: «Los silos son patrimonio industrial, están catalogados como tal (debería usted saberlo). Y en muchos pueblos y ciudades ya se están reaprovechando como bibliotecas, hoteles, centros culturales, archivos, parques de bomberos, etc. etc. También como lugares de avistamiento, bien podría ser de avutardas en nuestra Tierra de Campos (aunque usted lo diga con burla), pero también como observatorios astronómicos u otros fines».

Ahí apunta diversos usos, algunos ya en marcha en otras provincias ¿será el momento de que los silos tengan quien los quiera? El viernes lo sabremos.
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