mirantesb.jpg

Nada importante

17/01/2022
 Actualizado a 17/01/2022
Guardar
En León hay más de 8.000 viviendas de obra nueva sin vender, pero las grúas siguen saltando de un solar a otro como si no alcanzaran en los nuevos polígonos, que otros siguen a medio hacer. A las de obra nueva hay que añadirles las viviendas usadas. También debe entrar en la ecuación la sangría poblacional constante: Unos 300 vecinos al año en la capital, casi 5.000 en toda la provincia. Y debería añadirse la emigración de jóvenes, que en la mayor parte de los casos no regresará hasta la jubilación. Pero pese a todo ello, a la gran oferta y el descenso de la demanda, los precios de alquiler y de compra se mantienen, como bien saben miles de trabajadores que buscan un vivienda para comprar o para alquilar.

Tampoco casan bien la oferta y la demanda en el medio rural, aunque podría funcionar como alternativa a los elevados precios de la ciudad y se entiende porque no llega internet, a algunos sitios ni las carreteras ni el médico, no queda claro si es bueno o malo que haya vacas, cerdos, pollos o chopos por la zona y la mayor parte de los pueblos no tienen interés ni para los usureros de los bancos, que les parece un exceso mover una furgoneta que no llegaría ni para pagar las cortinas de una de las cuatro reformas que hacen al año en cualquier oficina.

Para terminar de complicar la situación el Consejo General del Poder Judicial ha puesto freno la Ley de Vivienda que impulsa el Gobierno, que puede que tampoco fuera la solución, pero deja clara la lentitud, cuando no inoperancia, del sistema para dar una solución a un bien que se come el 30% de los recursos de toda una vida y donde se pasa, prácticamente, la mitad de la vida.

Pero bueno ya se ve que por lo menos a los políticos les preocupa mucho todo esto. No dejan de hablar de ello.
Lo más leído