06/11/2015
 Actualizado a 16/09/2019
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¡La mafia de Vegas ataca de nuevo! ¿Cómo si no va a ser portada mi pueblo, un día en cada uno, de los dos periódicos de la provincia? Lo de éste, normal. El ‘jefecito’ es de Vegas y parece lógico que una noticia tan transcendental como la automatización del reloj de la torre sea motivo para mandar al reportero estrella del diario para que se entere bien del acontecimiento y, de paso, entreviste a Gusto Muñiz, el encargado de darle cuerda hasta ayer. Pero, ¡el otro!, la biblia del periodismo leonés ha tenido a bien dejar de hablar del señor alcalde, del autista que dirige la diputación, de los hosteleros chanchulleros que se metieron a políticos y que traen por la calle de la amargura a los dos partidos de la ‘derecha sociológica’; (esos chigreros, no tengáis duda, eran de los mezclaban las botellas de vino en la cocina o en la trastienda sin importarles si tenían la misma madre. De hecho, los dueños de los bares de León han logrado sacar al mercado, y a coste cero, una nueva denominación de origen: ‘rioribetobierzo’, resultante de la sabia mixtura que practican), para dar, miméticamente, la misma noticia y entrevistar al mismo personaje, Muñiz, el marido de Pilar, el hijo de la tía Ángela, muerta a los 104 o 105 años de edad.

Me parece bien que las dos gacetas laicas de nuestra provincia hagan, de vez en cuando, un ejercicio de humildad informativa y se ocupen de temas tan importantes como que un reloj deje de ser analógico para volverse, cosas del progreso, digital, o casi. Porque, la verdad, es que estamos ‘jartitos’ de tantas noticias que lo único que consiguen es que el pueblo se ponga de mal humor. Y no digo que escondan la cabeza debajo del ala, no; simplemente es que todos los días es lo mismo, todos los días se cuenta lo corrupto que es ése o lo ladrón que es áquel; todos los días nos tenemos que enterar del último chiste de Mas o de su ‘valet’ y, yo al menos, ya no me río. Es reconfortante ver a un señor de noventa y muchos años en la central o en primera. ¿Que hizo Gusto para merecer este honor, reservado el resto de los días a chupócteros, engañabobos o lameculos? Dar cuerda a un reloj. El resto de su tiempo, Gusto trabaja, (bien digo, trabaja), como un burro, toma el café y juega la partida. Se acuesta pronto y se levanta más pronto. ¿Os parece poco? A mi no. Un día hace mucho tiempo, le pregunté a mi abuelo, que esencialmente era como Muñiz pero con mucha más mala leche, de que se arrepentía. Me dijo que de nada, porque habiendo trabajado lo que trabajó, nunca tuvo tiempo para hacer mal a nadie, que es de lo único que uno puede arrepentirse.

Bueno, ya me desahogué. A partir de hoy podéis seguir publicando todas las barbaridades que queráis, todos los robos, todos los asesinatos, todas las guerras, todas las revoluciones, las pendientes y las que no, todas las engañifas y toda la verdad, nada más que la verdad. Aunque esto último, lo de la verdad, lo dudo. Sabéis a que fechas nos acercamos y sabéis todo el sufrimiento que nos espera. Vamos a terminar hasta la peineta de Rajoy, de Sánchez, de Rivera, de Iglesias y de la madre que los parió a todos; todos nos venderán la moto para no trabajar...

Una tarde, en tiempos de maricastaña, estaban los menteros de la ribera del Porma comiendo en casa de Roberto, el que tenía el bar en el cruce. La cosa se alargó. Salió uno a pedir más ‘priva’ al bar y se encontró de frente con un ministro de aquí, Martín Villa. Se conocían y le hizo entrar al comedor para tomar una copa. Fueron muchas copas; tantas que uno de Villanueva tiró la melena al alto y le ofreció una canción al ministro: « A cantar me ganarás y a ponerte la montera, pero tocante al trabajo tienes muy mala madera». Pues eso. Salud y anarquía
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