Mujer referente: la igualdad desde el liderazgo

La sociedad se enfrenta al reto de romper barreras en ámbitos masculinizados y que ello se vea como una oportunidad de cambio en niveles económicos y laborales

Ical
07/03/2020
 Actualizado a 07/03/2020
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"Estamos avanzando en todos los niveles, gracias también al trabajo de los hombres. No es algo que las mujeres lo podamos conseguir solas. Para ser una realidad y poder funcionar deben aportar los dos géneros”. Quien habla así de rotundo es la directora de la planta de Azucarera en Toro, Laura Diego, la única mujer que ocupa este cargo ejecutivo en una molturadora de este tipo en Europa, un mundo donde todos sus colegas son varones. Precisamente, ese hecho, ser líder en un mundo tan masculinizado, le ha permitido pone en marcha herramientas y mecanismos de igualdad entre los más de 170 trabajadores de la fábrica (un centenar de ellos, fijos-discontinuos).

El 8M ya no es un día más. En los últimos años se ha convertido en una jornada de reivindicación y Castilla y León puede presumir de contar con mujeres referentes que viven esa igualdad de género desde el liderazgo. Junto a Laura Diego se encuentran otras muchas, la mayoría anónimas, con tanto mérito como el resto. Pero otros tres ejemplos son la directora de la Fundación Real Valladolid, Carlota Aparici, quien de la mano de Ronaldo es la primera mujer en ocupar el cargo; la capitana jefe del Subsector de Tráfico de Soria, María Teresa Miras, y la catedrática de Farmacología en la Universidad de Santiago, la leonesa María José Alonso. Tres casos de éxito en mundos rodeados de hombres en los que, casualidad o no, sus ejemplos en la vida han sido sus madres.

“Fomentar desde el liderazgo la igualdad de género debe ser un trabajo paritario dando más visibilidad a las mujeres en puestos de difícil acceso”, desliza Aparici desde las oficinas del estadio José Zorrilla. De hecho, los estudios evidencian que desde 2012 se ha pasado de apenas un 20 a un 45 por ciento de mujeres en puestos de alta dirección, “consecuencia de una sociedad con un proceso de cambio, donde ha visto en la mujer la validez que tiene a la hora de desempeñar un cargo”, comenta Aparici.

Se dan pasos


Todas ellas coinciden en los aspectos más relevantes y son optimistas a la hora de creer que “se está avanzando”. “Es cierto que hay sectores más atrasados, pero cada vez hay menos. Es cuestión de tiempo que sea una realidad”, confirma Laura Diego, zaragozana de nacimiento y vallisoletana de adopción, que se encuentra a caballo entre la capital del Pisuerga y Toro, Duero arriba y abajo, y que este año está de celebración por el 75 aniversario de la planta.

Una vez finalizada la campaña de recepción, la tranquilidad parece estar mucho más cerca en Toro. Pero donde no se bajan los brazos es, precisamente, en esa igualdad. “Falta bastante, pero estamos en el camino y se están haciendo muchas cosas. Al menos en España no podemos generalizar”, destaca Diego, quien apela a una cuestión de “romper barrera casi mentales”. Como ejemplo, sostiene que en Azucarera hay muchas mujeres, pero en puestos de laboratorio u oficina, mientras que “no hay mecánicas”. Bien es cierto que ellas lo “estudian menos”. “Es importante no asociar profesiones a géneros”, incide.

Para reducir esa diferencia, el centro de trabajo ha creado un comité de igualdad para mejorar la visibilidad de las mujeres, con medidas casi todas divulgativas. Esto no significa, añade, que en los procesos de selección se cierren las puertas a lo hombres, “pero se busca que haya representación de ambos géneros para dar oportunidades a ambos”. También se desarrollan encuestas para ver las iniciativas que más pueden ayudar. Estas medidas han contribuido a que cada vez se observen más féminas transportistas, remolacheras o técnicos de campo que asesoran al agricultor.

La igualdad debe ser una oportunidad


La directora de la Fundación Real Valladolid opina que la igualdad de género tiene que verse como una “oportunidad de cambio a cualquier nivel, sea económico o laboral”. “La cuestión es que las personas o la sociedad en general debemos trabajar con pequeños cambios progresivos y enseñar y concienciar, el género no debe suponer un problema de desigualdad a la hora de optar a cualquier puesto de trabajo”, subraya.

Su reflexión la lleva a recordar que trabaja “en un mundo de hombres” y esas oportunidades laborales se “las ha dado un varón”. Pero no esconde que “quizá” la ha costado más demostrar que “es apta para ejercer los diferentes trabajos” en los que ha tenido la oportunidad de trabajar. A la hora de valorar las dificultades entre ellos y ellas, saluda la firma del reciente convenio del fútbol femenino en España, pero critica que “no es muy profesional que los implicados hayan tardado meses en decidir temas que son necesarios para un deportista de élite”.

Un techo de cristal


No esconde la realidad, su propia realidad, la capitana jefe del subsector de Tráfico de Soria, María Teresa Miras. Afirma que es necesario visibilizar que las mujeres pueden alcanzar los mismos puestos de mando que los hombres. Ella es el ejemplo más claro: la única fémina que lidera un equipo de Tráfico de la Guardia Civil en España, una situación que, confía, “dentro de poco no será noticia, ya que la sociedad va cambiando muy rápido”. De hecho, la Benemérita cuenta con un Plan de Igualdad al respecto. “En nuestro caso, el techo de cristal se refiere a los puestos de trabajos, que han sido tradicionalmente masculinos, y esto se intenta cambiar con este programa, porque en la Guardia Civil no hay brecha salarial directa, ya que somos funcionarios”, resalta.

A pesar de ello, asegura que todavía queda mucho camino por recorrer e invita a las jóvenes a incorporarse al cuerpo “con el objetivo de servir a los ciudadanos tal y como lo hacen los hombres”. Considera que los varones también han tomado conciencia de la necesidad de que se sumen cada vez más mujeres y cree que su referente son sus superiores féminas en el cargo, tres tenientes coroneles y ocho comandantes que son referentes en la Guardia Civil por ser “grandes profesionales”. De hecho, Miras cree que el estamento trabajará por “el feminismo y la igualdad” desde la legalidad y la libertad de las personas.

La capitana ejerce desde hace 12 años, primero en Jaén, donde era coronel, y años más tarde en Soria. Aunque es cierto, admite, que es un cuerpo de seguridad “muy masculinizado” -en España solo el 7,5 por ciento son mujeres-, reconoce que “solo alberga buenos recuerdos de su trabajo”. Frente a la Guardia Civil, la Policía Nacional tiene un porcentaje del 14 por ciento, los mossos d’Esquadra, un 22; la Ertzaintza un 17, y el Ejército un 12 por ciento. “Pero esto poco a poco va a cambiar”, precisa.

En su haber como mando cuenta con varias anécdotas, como que un agente la llamó y le instó a que se pusiera su marido, a pesar de que se identificó en el cargo, y otra que le pasó con el “típico guardia civil con bigote y barriga a punto de jubilarse que le llamó teniente O’Neil”, porque se pensaba que realmente se llamaba así, “cuando era un mote”. “Me pidió mil perdones y ya me enteré del mote que tenía”, cuenta entre risas.

Miras afirma que en el día a día sus compañeros y la sociedad quieren que “les solucionen los problemas, sin distinción de género”. “Somos guardias civiles y obedecemos, no opinamos. Nos da igual el género. Dentro de unos años habrá muchas mujeres en el cuerpo”, vaticina. Por último, augura que “pronto no será noticia” que ella sea una mujer capitana, algo que “en un primer momento” le molestaba, hasta que se dio cuenta “de que es necesario visibilizar su trabajo para ser un ejemplo para otras mujeres”.

Sin reconocimiento en la ciencia


Por su parte, la catedrática María José Alonso Fernández reconoce que en este momento las mujeres son "más conscientes del techo de cristal que sigue existiendo, pero aparentemente cubierto”. Una situación que dentro de la propia universidad “está muy equilibrada a nivel de profesorado titular" pero no tanto en otros superiores, aunque “se ha progresado en esta línea y ha aumentado bastante el número de decanas y también de rectoras”. Aunque en los sectores de ciencia e investigación “la presencia de la mujer es muy relevante, sobre todo en el ámbito biomédico”, su visibilidad es "muy limitada”, ya que a su juicio están poco representadas en funciones de liderazgo y acceden mucho menos que el hombre a puestos de relevancia y reconocimiento.

Sin embargo, la catedrática reconoce que “muchas veces es la propia mujer la que, por razones de educación y cultura, renuncia a su derecho a la ambición y al reconocimiento”, por lo que “la mejor forma para combatir este lastre educacional es a través del ejemplo y la ayuda por parte de mujeres que han superado esas trabas”.

Para María José Alonso Fernández, “no existe una sola mujer, sino muchas, como referente”, aunque lamenta no haber tenido la suerte de poder tratarlas de cerca cuando era niña, aunque destacó que ha conocido a muchas cuyo perfil le ha estimulado, como por ejemplo María Teresa Miras Portugal, expresidenta de la Real Academia de Farmacia”. Frente a ello, pone de relieve que “varios hombres han sido muy importantes de cara a la superación de las trabas femeninas”, entre los que recuerda a su padre y a los cuatro jefes que ha tenido en su carrera, entre ellos el exrector de la Universidad de Santiago, Senén Barro.

La mala fama del feminismo


A juicio de estas mujeres referentes, la comunicación del concepto ‘feminismo’ a veces se hace mal. Aparici apuesta por hacerlo desde “una manera positiva, sin crear una guerra de géneros, sin desigualdades ni impedimentos, porque los limites los ponen las personas y no se debe caer en el estereotipo de porque soy mujer no puedo llegar a cumplir mis metas”.

Este termino, añade, “no debe convertirse en una moda para todos, debe servir para mejorar y trabajar conjuntamente en alcanzar la mayor calidad laboral posible, fomentar la igualdad y poder tener siempre de manera positiva el derecho a poder cambiar las cosas cuando haya una desigualdad”.

En el mismo sentido se postula la directora de la azucarera de Toro, quien admite que la palabra en sí “tiene mala fama”. “Pero si te lo explican bien, ¿quién no va a ser feminista? No se está comunicando cómo es en realidad. Hay mala prensa alrededor, pero está muy relacionado con la igualdad, no tanto con una discriminación positiva”, defiende.
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