Muéveme la lengua a mano

Aver. No te pongas a clavar las patas de la cama al suelo porque, al margen de que el vecino puede subir y te revienta la cerradura a martillazos, no surte ningún efecto. Lo he probado yo y el fallo no es de la cama, no da vueltas, por cómo lo veo yo igual es cosa de la cabeza nuestra.

Dice Farraperas, y tengo para mí que no le falta razón, que últimamente dan garrafón hasta en el supermercado. O eso, o antes de la pandemia aguantábamos más. Si te digo la verdad, no lo sé. Y he mirado en Google y no pone nada de los grandes clásicos del garrafonazo: Ni pone nada de la ginebra Lirios, ni de la Atios, que la etiqueta se parecía a la de Larios más que Simón a Garfunkel, que mira que eran iguales, si no eran el mismo.

De la eficacia del Lirios y el Atios como enemigos del estreñimiento puede dar buena cuenta Lolo, que fue directo de la barra de la tasca al bardial de ortigas, según se lo pusieron los simpáticos camareros de la Comisión de Festejos,que le tranquilizaron: «Estas son igual que el Larios, mira la etiqueta».

Vuelvo al suco, que hoy no es que me haya esnortao, es que no cogí el suco ni en la primera arada.

Ya os advertí que clavar la cama al suelo no da ningún resultado y el vecino te revienta, la puerta o a ti, depende a la hora que te metas en obras. Otra advertencia, el Súper Glú tampoco es eficaz. Te pega la cama al suelo pero compruebas con evidente disgusto que sigue dando vueltas; es decir, que el problema igual está en la cabeza tuya. Y otro efecto secundario maligno es que se te arrama el tubo, se te pegan los dedos y tienes que pedir a los Reyes Magos que vengan con el soplete y la radial para despegarlos.

Pero no es lo más peor lo de la cabeza. Comprobarás que la despedida del año fue terribilísima si cuando te levantas vas a hablar y compruebas que no sabes articular palabro, que se te olvidó cómo se mueve la lengua, que la tienes en la boca como un tablón de un andamio.

Isidoro, el delbar Casa Sidoro, ofrecía el 1 de enero un servicio muy solicitado, que era moverte la lengua a mano, hasta que recuperaras el hablao.

Pero claro, ya no quedan estos servicios de primera necesidad, básicos.