Mover la lengua a mano

Cuando el cabo Casimiro decía con solvencia intelectual que «todo dimana de algo» no podía parecer que era una forma de ser alabancioso en el hablar dado que era una autoridad; y siempre la prosapia viene a cuento. Pero luego, si te fijas, ves que igual hasta era un sabio porque al final, todo dimana de algo.

Sin ir más lejos, que hay que volver y menudo precio que tiene la gasolina, os decía el otro día, me parece, que andábamos de fiesta y eso podía traer consecuencias. Pues las trajo. Ayer estaba intentando hablar con Cubalibre (no es nombre pero le llaman así) y traía la mano metida en la boca. Me quise poner filósofo de lo rural y le pregunté si era una «regresión a la infancia» — por ser alabancioso— y me bajó los humos con la realidad: «No, lo que pasa es que bebí tal carrá de vino en las fiestas que ahora para hablar tengo que mover la lengua con la mano».

¿Veis como todo dimana de algo? También dudabais de la Mi Juanita la de Pontedo cuando nos contaba que «últimamente estoy dando muchas cenas a astronautas» y ahora andáis todos locos para traer la agencia espacial internacional, ¿de dónde creéis que dimana ahora la fiebre? pues de cuando les calentó la cabeza la Mi Juanita. Que además era muy defensora de ellos y cuando un poeta le preguntó si los astronautas venían con escafandras se indignó: «¿Pero usted qué se cree? Son americanos, que son una gente muy decente, aquí vienen siempre con sus señoras». Faltaría más.

¿Y de dónde creéis que dimana lo de la despoblación? Pues ya lo dijo Marianito El Mambís, «como pongan coche de línea para el extranjero aquí no va a quedar ni dios». Y no solo pusieron coche de línea, pusieron hasta aeropuerto y ahora se quejan de que se marchó la gente. No dirán que no estaban avisados, aunque no sé si los presidentes de Gobierno habrán buscado en google «Marianito el Mambís». Pues cuánto mejor les habría ido.

Y, a lo que iba que llego al final del basamento y no desarrollé lo que os quería contar, de dónde dimana esto de la calorina. Bueno, para otra semana que ya se moverán las lenguas solas.