Mondeño, la figura del toreo que fue fraile en León y vivió con el secreto de ser gay

Esta semana falleció a los 88 años un gran torero que vivió rodeado de misterio, con un pasaje singular como fue su ingreso en los dominicos de La Virgen del Camino cuando era una figura, su condición de gay fue su gran secreto

Fulgencio Fernández
15/01/2023
 Actualizado a 15/01/2023
Portada de una revista de la época que ofrece la exclusiva sobre Mondeño. | L.N.C.
Portada de una revista de la época que ofrece la exclusiva sobre Mondeño. | L.N.C.
«Juan García Mondeño (Puerto Real, Cádiz, 1934), una figura del toreo de la década de los 60 que se convirtió en un fenómeno mediático al colgar el traje de luces durante un año para vestir el hábito de la orden de los dominicos, ha fallecido este jueves, un día antes de cumplir 89 años en la localidad sevillana de Sanlúcar la Mayor, donde vivía desde hace tiempo». Así rezaba la nota de prensa que esta semana circuló por todas las redacciones y es que Mondeño fue una gran figura del toreo que, además, envolvió su vida en misterio, en especulaciones, que su silencio alimentó. Así los reportajes que se repiten más sobre él llevan titulares de «el torero místico», «el torero desconocido» o «fray Mondeño».

El interés añadido que su figura tiene en León es que la mayor parte de ese breve espacio de tiempo que fue dominico lo pasó precisamente en La Virgen del Camino, donde durante mucho tiempo se conservó y exhibió el capote que allí dejó. También un árbol del centro llevaba su nombre. No ofreció mayores explicaciones sobre su decisión de ingresar en la orden cuando era una gran figura, se limitó a una muy breve explicación: «No debo decirlo. Lo tengo prohibido por mi conciencia. No puedo permitir que nadie lo considere como publicidad». Y añadía que ya había ganado para sus padres —era de familia muy humilde— y que «ahora quiero ejercer mi libertad».

Para entender hoy el gran secreto de su vida, que era homosexual, hay que ponerse en el contexto de aquellos tiempos aún de la dictadura, que no era nada fácil declararse gay, y más aún en el mundillo taurino de la época.

Jamás dio Mondeño explicaciones de su estancia en los dominicos, para no «hacer publicidad»Entre los compañeros que tuvo en su estancia en León estaba el periodista y escritor Pedro Trapiello, que en alguno de sus artículos ha recordado aquel año en el que vio pasar por el colegio de La Virgen del Camino «en carne mortal y en calzones de fútbol al Cordobés, a Camino, a Ordóñez, Litri...»

Y también cuenta Trapiello: «Y también asomaba con recalcitrante frecuencia el eterno novio de Mondeño, un espigado mejicano con menos carnes que un crucifijo...». Creo que fue el primero, y tal vez el único.

Ahora con su muerte sí lo han escrito otros. Graciano Palomo dice: «Colgó los hábitos, guardaba un secreto: era gay. Volvió a los ruedos y acabó en París con su amante, dos Rolls y un Ferrari antes de volver a Sanlúcar la Mayor».
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