javier-callado-2.jpg

Molinos sin criterio

13/05/2021
 Actualizado a 13/05/2021
Guardar
La proliferación de los generadores de energía renovable puede producir un enorme daño ambiental, si no se establecen criterios. Esta paradoja se da cuando, con el pretexto de captar la energía del viento y el sol, se destroza espacios naturales. Las instalaciones de generación son áreas industriales, con carreteras y caminos, líneas eléctricas, transformadores, grandes estructuras y ruido incompatibles con el medio natural.

Por otro lado, hay quienes se niegan a todo porque es dañino en alguna medida. Posteriormente suelen quejarse de vivir en una zona subdesarrollada y apartada de las principales corrientes económicas. Esta contradicción entre el desarrollo económico y social, y la oposición a las áreas industriales es irresoluble.

León debería mantener su posición en el panorama energético maximizando las ventajas y minimizando los problemas que origina. La generación energética mantiene gran presencia en la Región Leonesa desde la Revolución Industrial. Si en aquel momento se desarrolló desordenadamente, hoy se puede reinventar de forma normativizada. De ese modo se aprovechan ciertas infraestructuras, como las de evacuación energética, que dan ventaja respecto a otros territorios.

La torres eólicas producen gran impacto visual y sobre el medio natural por ubicarse en zonas altas. En consecuencia, se debería impedir su instalación en todas las áreas de montaña, que suelen atesorar valores naturales extraordinarios. Las torres del Cueto de San Bartolo, en la Cepeda, o las del Manzanal se ven desde gran parte de la provincia y son ejemplo de esta agresiva presencia.

Los campos solares tienen menos impacto. De hecho, existen ya al menos dos, con decenas de miles de placas, de los que nadie habla. Están en un lateral de la carretera León-Oviedo y en San Miguel del Camino. En ambos casos, rodeadas de monte, menudean los ciervos y los jabalíes en su entorno. Todo explicita que son más tolerables.

Hacer un planteamiento lógico en León supondría que ninguna planta eólica debería levantarse en los 300 kms de arco montañoso del norte. Una ubicación razonable sería el borde de las carreteras principales en las zonas llanas, siempre que no dañen el regadío. Los cerros de los interfluvios leoneses, como el de Matadeón, podrían ser lugares preferentes, así como los secanos de baja producción del sur.Además, se debería exigir que los campos solares no se vean con facilidad y que tampoco ocupen espacios naturales protegidos.

Con reglas generales tan sencillas debería bastar para ordenar la nueva generación energética y sus sectores asociados, preservando nuestro valioso medio natural.
Lo más leído