Moisés P. Sánchez: "Soy consciente de mi ego. Intento controlarlo y no que él me controle a mí"

Moisés P. Sánchez es uno de los más grandes pianistas de jazz actuales y estará esta noche en León acompañando a la cantante Cristina Mora en el cierre del Festival de Jazz León Cuna del Parlamentarismo

Emilio L. Castellanos
07/08/2021
 Actualizado a 07/08/2021
JAIME MASSIEU
JAIME MASSIEU
El Festival de Jazz ‘León, cuna del Parlamentarismo’ cierra su sexta edición con un concierto de la cantante y compositora Cristina Mora (hoy, a las 22 horas, en el patio del IES Juan del Enzina) durante el cual irá sumergiéndose en el contenido de su más reciente proyecto discográfico, ‘Heart Landscapes, donde coinciden elementos propios del jazz, el pop, el rock o la música electrónica, entre otros géneros,y se alternan los temas propios con versiones de artistas y grupos tan contrastados como Nirvana o Peter Gabriel. En su elaboración ha participado de una manera decisiva como intérprete, compositor (en colaboración con Mora) y arreglista una de las referencias más destacadas del actual jazz español, el pianista Moisés P. Sánchez, quien también hoy visitará León para arropar a la vocalista junto a otro meritorio de nuestra música, el baterista Andrés Litwin.«Es un formato muy particular. Al no llevar contrabajo, aparecen espacios donde todo se transforma, así como sonoridades e interacciones que no son habituales en un trío con cantante. Hay muchas cosas ahí metidas», comenta un Moisés al que el ambiente familiar le fue especialmente propicio desde muy chico (3 años tenía tan solo cuando se puso al frente de un piano) para que la música le atrapara y ya no le soltara. «La música siempre es música. Mi padre disfrutaba de cualquier género musical, sin distinciones, y eso me ha permitido criarme en un ambiente de apertura musical desde muy pequeño, algo que se nota en mi manera de componer, arreglar y tocar».

Sánchez siempre ha huido de cualquier etiqueta y corsé y, precisamente por ello, resulta complicado en ocasiones catalogar una propuesta musical que se alimenta de toda clase de nutrientes y cabalga sobre variedad de texturas y paisajes sonoros. “Si la música me lleva hacia uno u otro sitio, no tengo ningún problema en dejarme arrastrar por ella. Hay que afrontar el hecho musical, cuando se compone, se toca o simplemente se escucha, con una mentalidad abierta. Hay que disfrutar de lo que es y no de lo que quieres que sea”. Además de los trabajos a su nombre, asociados a un tipo de jazz de vocación abierta y contemporánea y donde no falta toda una suerte de maridajes e hibridaciones con otros géneros, se suman colaboraciones con otros artistas que le llevan al territorio de la música española, como el ‘Homenaje a Juanito Valderrama’, el rap (con Nech), la música clásica (pronto está a aparecer una trilogía de discos basada en Beethoven, Bach y Bartók a través de la cual manifiesta su virtuosismo interpretativo) e incluso el ballet.

Moisés P. Sánchez mantiene un trio estable, de más de veinte años de copiosa y provechosa vida, con el baterista Borja Barrueta y el contrabajista Toño Miguel. La banda elude la amenaza de la rutina y se muestra esquiva con cualquier tipo de complacencia al procurar que su engranaje se mantenga siempre engrasado. «Como líder del proyecto, siempre tengo en la cabeza intentar empujar los límites que se puedan imponer por llevar tanto tiempo tocando juntos. Puede aparecer cierto acomodo y correr el riesgo de estancarte al haber dado con una fórmula que funciona. Mi responsabilidad es estar alerta para seguir empujando. Por eso, es importante seguir documentándose, reciclándose, escuchando, reflexionando…». El jazz es uno de los vehículos donde el músico madrileño deposita su música. «Soy muy creativo. Me he criado, por igual, con los solos de Bill Evans y Oscar Peterson y también estudiando a Beethoven. No fui por el mundo del conceptismo clásico porque yo necesitaba encontrarme a mí mismo tocando. La creación que te permite el jazz, lo camaleónico que puede ser, la cantidad de influencias de que lo puedes imbuir, y el hecho de poder improvisar y mostrar tu lenguaje y tu idioma resultan muy atractivos para una persona creativa. Era la consecuencia lógica para mí».

Reconoce influencias de clásicos del piano jazzístico como Bill Evans, Keith Jarrett y Brad Mehldau, pero también de otros más contemporáneo, tal es el caso de Tigran Hamasyan, Aaron Parks y Craig Taborn. La permeabilidad de Sánchez hacia otros sonidos refuerza aún más su talento creativo. «Mi visión de lo que debe ser un artista creador es disfrutar y estar al loro de lo que hace tanta y tanta gente. Hay muchas vías abiertas y tú eliges con lo que te quieres quedar y con lo que no. Por encima de cualquier etiqueta, soy músico. Tengo una historia de la música de siglos a mi alcance. Luego, está la magia que yo pueda hacer con eso». De lo que no cabe duda es que Moisés Sánchez evidencia su capacidad camaleónica a cada instante, de ahí lo difícil que es situarlo dentro de cualquier género musical. «Es una seña de identidad mía. Me siento muy orgulloso». Cuenta con ocho discos a su nombre, a los que habría que sumar otros para los que su intervención ha sido reclamada, que han ido apareciendo con regularidad. «Cuando presento una obra, presento un concepto, una historia, y quiero que sea coherente».

Moisés P. Sánchez
es uno de los más firmes valores del jazz nacional y su proyección internacional resulta indiscutible gracias a un ‘sonido’ propio que se manifiesta en todos sus proyectos y colaboraciones. Vive ahora en primera línea su trayectoria como músico y son continuos los halagos y los premios (además de una nominación al Grammy Latino por su disco ‘Unbalanced’) que recibe. «Intento tener los pies en la tierra. Agradezco la valoración que se tiene de mí y de mi trabajo, pero procuro que no me transforme como persona. Intento hacer música para hacer felices a las personas y no para que me hagan feliz a mí adulándome. Soy consciente de mi ego. Intento controlarlo y no que él me controle a mí».
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