Alfonso B&W

Mociones que tocan los...

03/10/2019
 Actualizado a 03/10/2019
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Las setas son al otoño lo que las mociones a las semanas anteriores a las elecciones. Aparecen a puñados en cualquier institución justo cuando los españolitos de a pie estamos a punto de toparnos con las urnas para renovar –o no– a los gestores de la cosa pública. Son propuestas que sirven para «instar» a las altas esferas a que hagan una obra pendiente o a que terminen de una puñetera vez aquella cuya duración tiende a la perpetuidad. Pero nada más, porque no son vinculantes ni aseguran que su contenido vaya a hacerse realidad. A mayor abundamiento, me atrevería incluso a asegurar que presentar una moción es como meter un órdago jugando al mus, es decir, que puedes ganar el juego o, a una mala, perder como mucho el café. Presentar una moción es por tanto como ir de farol cuando uno está sentado frente al tapete. Algunos presentan mociones que sirven para exigir proyectos que ellos mismos habían frenado o recortado (lo cierto es que lo hicieron en todos los ámbitos excepto en el de los sillones tapizados). Otros presentan mociones pidiendo proyectos diseñados cuando parecía que el dinero público manaba de una fuente y que tuvieron que ajustarse para evitar que este nuestro país se fuese al guano. Y cuando parecía que esto era más bien un envite entre partidos políticos, resulta que aparece una moción sobre la capitalidad de esta nuestra comunidad. Y ahí se desarma la partida y ya no juegan los gaviotos contra los de la rosa. Se echa de nuevo a reyes y juegan leoneses contra vallisoletanos. Se ve que la boina pesa más –o da más votos– que las siglas. El caso es que estos debates –recurrentes, vacuos y vomitivos– se convierten en la herramienta idónea para distraer al personal de las cosas realmente importantes. Si canalizamos el río de la ira como si de un afluente del Pisuerga se tratase, olvidamos a los que dejaron las arcas estatales y locales como un solar o a los que no fueron capaces de idear ni un solo proyecto nuevo para nuestro terruño. Pero eso sí, el caso es presentar mociones. Hay que aparentar que pedimos, que nos hizo la boca un fraile, pero son mociones que cabrean, son mociones que tocan los... Perdón, en realidad quería decir que son mociones que tocan cerca de las elecciones.
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