Mismo trato en las autopistas

El puerto del Musel (Gijón) es el más próximo a León, pero la única conexión entre ambos puntos es la Autopista del Huerna (AP-66), cuyo peaje, más de 20 euros para los pesados de mayor categoría, entra en los planes de cualquier gran empresa, especialmente las del sector logístico, uno de los sectores en el que confía la provincia para incrementar su desarrollo. Lógicamente, cualquier empresa que pueda elegir optará por la opción más rentable y es probable que la León-Campomanes no esté entre ellas. Puede que sí lo estén la AP-1o la AP-7, cuyos peajes han sido eliminados, lo que se puede considerar causa de agravio hacia una provincia que, además, lleva ya años esperando por una solución que permita trasvasar parte del tráfico pesado de la N-120 a la AP-71 y mejorar la seguridad de esta vía convencional que ha presentado altos niveles de siniestralidad y que pasa por la puerta del Polígono Industrial de Villadangos, unos de los puntos con más tráfico y actividad de la provincia.

Como se ve, hay motivos más que suficientes para que los leoneses reclamen condiciones favorables para el desarrollo de la actividad y entre ellas se encuentran tarifas asequibles en las vías de alta capacidad. El agravio se puede sentir en mayor medida si se considera el retraso en la ejecución de la León-Valladolid o la conexión con Orense, sin olvidar la autovía entre León y Bragança, que podría situar a León de manera estratégica en el conglomerado de carreteras de la Península Ibérica. Pero, al margen de proyectos cuya ejecución todavía necesitará décadas para completarse, lo asumible sería rebajar los costes del tránsito por la provincia, de la misma manera que se ha hecho en Burgos o en el Mediterráneo. Ahora que León reclama más oportunidades, la autopistas son uno de los puntos clave en la agenda.