Mis 12 del 21

Aunque la ficción corta que me más me ha impresionado este año ha sido una obra de teatro (‘Numancia’, tragedia de Cervantes ejecutada por Nao d’Amores y la Compañía Nacional de Teatro Clásico), el cine ha dado buenos títulos. Y tanto se ha dicho que la cultura es segura, que he ido una vez al mes para comprobarlo, lo de menos era poder seguir elaborando mi canon.

‘Titane’ es poderosa como un videoclip y sórdida como la dependencia de los anabolizantes. Merece la pena verla aunque no se entienda todo su lenguaje y a veces te entren las risas.

‘Benedetta’ también hace reír, más por el desafío total que supone que por el instinto básico de su protagonista, monja mística con voraz apetito sexual y visiones alucinadas en tiempos de la peste italiana del XVII.

En ‘Madres paralelas’ Sanchez-Gijón y Smit de madre e hija son actoralmente lo mejor. La gran metáfora de la película podría estar encarrilada de manera más lustrosa. Cartel espléndido.

A ‘El buen patrón’ le falta maniqueísmo y mejores líneas para secundar al perfecto Bardem.

‘Fue la mano de Dios’ te muestra a los pocos minutos a una exuberantísima mujer en un palazzo napolitano iluminado por una no menos exuberante araña tirada sobre azulejos descascarillados para que sepas quien firma la película. Lo que no sabes es que el amor y la honestidad que rebosan los personajes la harán más humanista que manierista, y para gustos colores.

‘Otra ronda’ es cojonuda. Con una premisa de taller de guión, Mads Mikkelsen, ojos inundados de lágrimas y vozarrón, hace un papelote. Gracias a la banda sonora y las coreografías (con ese baile final a por todas) dejaría en evidencia a cualquier musical, lo cual no es.

‘Chavalas’ no está mal interpretada, pero está escrita pobremente. Cornellá daba para más.

‘Madame Claude’ es temeraria a lo francés, tremenda acusación a prohombre mediante, pero la bonita película falla en suspense. Quizá era un documental, y yo sin saberlo.

‘Las leyes de la frontera’ no podía salir excelente partiendo del libro que parte, y mira que el panorama era atractivo, magnético el protagonista y afortunado el novato. Lo que sí es verdad es que a veces los pardillos viven para contarlo.

‘First Cow’ es amistad y buñuelos entre un blanco americano y un chino laborioso en un entorno natural filmado para solaz del espectador. Y su final no es nada tramposo.

‘Una joven prometedora’ nos sustrae la sangre en una apuesta extraña y decepcionante. Leí por ahí que pertenece al género de la sátira, quizá el más apropiado a nuestros tiempos, y en esta lista hay cuatro o cinco títulos que cumplen los requisitos.

No ‘Nomadland’, verista como solo McDormand es capaz de hacer de una película. Da coraje pero la hay, gente tan valiente, tan generosa y tan libre como su personaje.