23/11/2016
 Actualizado a 07/09/2019
Guardar
La semana pasada, el lunes 14, al parecer la Luna se encontraba a una distancia de la Tierra de 356.523 Kilómetros. En su recorrido por la órbita elíptica, alcanzaba el perigeo, es decir el punto más cercano a nuestro Planeta. Cuando esto sucede, a la Luna se la denomina ‘superluna’. En esta ocasión, contaba además con el aliciente de ser la más grande y brillante desde el 25 de enero de 1948 y no disfrutaremos de otra igual hasta el 2034. Esto último, si tenemos la fortuna de seguir vivos.

A fecha de hoy, estos datos resultan un obviedad pues, no creo que haya alguien que no los conozca, que no sea ya un experto lunático, después del hartazgo de información al respecto con el que durante días nos han bombardeado desde los medios de comunicación, entrevistando a astrónomos en las radios, ocupando las portadas de periódicos, abriendo los telediarios con tamaño acontecimiento.

Nada de extraño tiene en una sociedad del espectáculo y del entretenimiento. El caso es estar entretenidos o, quizás, mejor aún, estar distraídos, pensando en las musarañas o, más apropiadamente, en la luna. No es nada nuevo, esto ya lo conocían bien emperadores y senadores romanos: pan y circo. Mientras haya pan y tengamos circo, ayunos estaremos de las cosas serias y no perturbaremos a los poderosos con preguntas molestas.

«Cuando el sabio señala a la luna, el necio mira al dedo». No seré yo quien lleve la contraria a Confucio, autor de este aforismo, pues son palabras de un hombre sabio. El problema es que hoy en día no son precisamente sabios quienes señalan a la luna y los neciosson más bien quienes miran al satélite, en lugar de atender a quien señala. Porque, la mayoría de las veces,son dedos de tahúres, maestros en el arte de birlibirloque, que sólo pretenden despistar nuestra atención y que así no atendamos a sus juegos de manos en los cambalaches. No sé si quedan sabios hoy en día, pero todo apunta a que se han retirado del mundanal ruido.

Salgo con Rafa Sarabia a buscar la luna en el cielo de León. No aparece o no la encontramos. Comparto con él los versos de otro León, también poeta: «¿Y la luna? En el pozo la guardaron para que no la robasen, en el pozo la guardaron».

Y la semana que viene, hablaremos de León.
Lo más leído