Secundino Llorente

‘Minúscula y ridícula’ convocatoria de catedráticos

12/03/2020
 Actualizado a 12/03/2020
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La semana pasada, día 6 de marzo, se cerró el plazo para participar en el acceso al Cuerpo de Catedráticos de Enseñanza Secundaria en el ámbito de la comunidad de Castilla y León. Se convocan 200 plazas para cumplir con el requerimiento del Defensor del Pueblo a instancias de Ancaba, Asociación Nacional de Catedráticos de Instituto. Parece increíble, se ha cumplido con el expediente, pero con escaso resultado. En Castilla y León se habían convocado oposiciones a Cátedras cuando pertenecía al Ministerio de Educación, pero desde las transferencias en 1999 han pasado 21 años de sequía y ahora se ofertan 200 plazas que son menos del diez por ciento de los catedráticos jubilados en el siglo XXI.

Haré una breve historia de este glorioso cuerpo: Hasta que fue suprimido en 1990 por la Logse era el cuerpo de Catedráticos de Instituto, al que pertenecieron ilustres autores y profesores como Antonio Machado, Gerardo Diego, Emilio Alarcos o Víctor García de la Concha. Por los años 70, recuerdo las oposiciones de catedrático de instituto restringidas a los profesores agregados. Con la Logse aparece la figura de ‘condición de catedrático’ a la que podían aspirar y acceder los profesores de Secundaria. No se trataba de una oposición sino de un concurso de acceso para los que tuvieran al menos ocho años de servicio, presentando una memoria y defendiendo un tema elegido. Los viejos catedráticos, a los que llamábamos ‘pata negra’, aunque lo consideraban un agravio, fueron fusionados a la fuerza con los de la condición de catedráticos y a esta nueva mezcla se le denomina ‘cuerpo de catedráticos de enseñanza secundaria’. En el escalafón o jerarquía del profesorado estos ocupan el puesto más alto y tienen el derecho y la obligación de desempeñar la jefatura de los departamentos y coordinar la elaboración y aplicación de las programaciones didácticas de su asignatura y forman parte de la Comisión de Coordinación Pedagógica. La CCP coordina las labores docentes del profesorado, actividades complementarias y extraescolares. Parece que deberían estar en ella los más experimentados y documentados del centro.En el siglo pasado solían ser los catedráticos los jefes de departamento, pero en 21 años sin convocatorias estos han desaparecido. Ahora todos los profesores del seminario pueden ser jefes y suele estar muy solicitado por lo que se turnan por cursos.

El dilema es: ‘A’. ¿Es mejor que vuelvan a los institutos los catedráticos? Eso conlleva que ‘de por vida’ se beneficiarán de privilegios laborales como la jefatura de departamento y la CCP, la preferencia en la elección de asignaturas, la presidencia de los tribunales de oposiciones, mejor sueldo y reducción horaria.‘B’. ¿Es mejor que desaparezcan los catedráticos? Eso supone continuar con las ventajas actuales, se turnan por cursos entre todos los profesores de cada departamento. Hay opiniones para todos los gustos, desde llamar elitista a la opción ‘A’ hasta considerar populista y poco seria la ‘B’. Esta llamada de acceso al Cuerpo de Catedráticos de Enseñanza Secundaria ha revuelto el avispero. Las censuras y críticas se disparan. Pero, tranquilos, porque la convocatoria no es real, es sólo de ‘fogueo’.

En cuanto a la dificultad de la oposición no se han cortado nada y se ha endurecido el acceso: Ocho arduos y complicados requisitos a los participantes, incluso tasas económicas. Carpetas llenas de numerosos certificados para aportar los méritos de acuerdo con baremo. Confección de un informe de 30 páginas que incluirá aquellos documentos que se consideren necesarios para justificar la autovaloración realizada. La inspección evaluará al profesor en la coordinación docente y participación en la organización y funcionamiento del centro, la programación de las materias, la gestión del aula, evaluación del proceso de aprendizaje del alumno y su actualización docente. «La defensa del proyecto (50 páginas) ante el tribunal en una exposición con una duración máxima de diez minutos. Una vez finalizada esta, y durante un tiempo total de quince minutos, el tribunal podrá plantear preguntas al aspirante sobre el contenido del proyecto». ¡Vaya pasada!¿Y todo eso para qué?Pues para concursar, rivalizar y competir con treinta o cuarenta compañeros por una sola plaza. Aunque desconozco el número de participantes e imagino que ante esta carrera de obstáculos muchos se habrán echado atrás y habrán renunciado a la prueba, porque ‘ir pa na’.

En mi opinión esta convocatoria va a tener un valor mínimo y puramente testimonial ya que, sólo 200 plazas para toda la comunidad, supondrá una presencia inapreciable en los institutos. Pongamos el ejemplo de tres asignaturas concretas. En Lengua Castellana 20 plazas (dos por provincia, una para León y otra para el Bierzo), en Física y Química 8 plazas (una por provincia) y en Economía 4 plazas (media por provincia). Podría darse que las 200 plazas cayeran en el 10% de los centros y el 90% se quedara sin ninguna. También podría ser que estuvieran perfectamente repartidas y hubiera un solo catedrático por claustro. La ridiculez es evidente. Me gustaría terminar con un deseo y un temor: «Las cátedras deberían ser para los que están en las aulas, en la actividad docente, pero me temo que no va a ser así porque una buena tajada se la van a quedar profesores de Cefies, Programas o Inspección, que no están impartiendo docencia, pero atesoran muchos puntos en el baremo y nunca van a volver a las aulas de los institutos». Seguimos restando cátedras, serán aún menos de 200. Seguimos tildando a esta convocatoria de ‘minúscula y ridícula’.
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