Mil y una maneras de decir adiós

Jaime Fernández fue el protagonista del último partido del año; Semedo y Malasinskas recibieron la insignia del club y Soljic o Liapis dijeron adiós sin ruido

Jorge Alonso Macía
28/05/2022
 Actualizado a 28/05/2022
Jaime Fernández, junto a parte de la directiva del club en el homenaje previo al partido. | MANU QUIROGA
Jaime Fernández, junto a parte de la directiva del club en el homenaje previo al partido. | MANU QUIROGA
Es siempre el último partido de liga en casa una suerte de fiesta de despedida para el Abanca Ademar, cansado de ver partir talento temporada tras temporada. No es esta campaña la que más jugadores importantes verá marcharse el equipo leonés, pero sí es cierto que el peso de uno de los que se va hizo de la mañana de ayer en el Palacio otra jornada emotiva para la historia del club leonés.

Porque se le va al Ademar uno de los suyos, el capitán, otro extremo de la escuela de Maristas que buscará suerte en el extranjero, concretamente en un Nordhorn alemán al que animará con la vida en su final de liga buscando el sueño de jugar en la Bundesliga. Jaime Fernández jugó su último partido con la camiseta del Ademar, al menos en esta primera etapa recién salido de la cantera porque a buen seguro que habrá más. No tuvo su mejor día sobre la pista el leonés, que firmó un 1 de 5 en sus lanzamientos si bien el gol que marcó fue uno de esos de carácter que echará de menos la grada tras 8 años en el primer equipo (¡y tiene solo 25!). Nada se le puede decir al extremo y es que solo él sabrá lo difícil que es gestionar un partido después de recibir el homenaje de tu afición y tu club. Luis Puertas, también protagonista ante la ausencia por sanción de Cadenas, gestionó a la perfección el equipo con alguna variante que le dio buenos resultados al Ademar y tuvo en cuenta además los pequeños detalles tan importantes en una despedida, dando los minutos exactos que necesitaba el extremo para que su adiós fuera inolvidable. Una camiseta enmarcada y la insignia de la entidad serán el recuerdo físico de una mañana en el que su adiós eclipsó el del resto.

El capitán no tuvo su mejor día, pero se marchó entre lágrimas, ovacionado por el público y sus compañerosTambién recibieron Malasinskas y Semedo, los dos que junto a Jaime acaban contrato esta temporada, el reconocimiento del club en la previa. El primero, sin saber qué ocurrirá con su futuro en Ucrania y sabiendo el Ademar de lo imposible de su renovación, finalizó su etapa en León como un sueño inalcanzable en la realidad para el club. Una vez más volvió a dejar clara su calidad para generar goles por sí mismo y, lo que ha sido más importante para el equipo, haciéndolo para los demás. En el caso de Semedo, su partido y ciertamente sus últimas actuaciones sobre la pista no invitan a imaginar en que la grada le eche demasiado de menos. En el Benfica buscará que sus excelentes condiciones le terminen de convertir en un jugador importante en Europa, lo que no ha terminado de conseguir en León más que a chispazos.

Fueron esas dos las despedidas oficiales, las que tuvieron previa y en el caso de Jaime también epílogo. Ovacionado por sus compañeros y toda la grada, siguió los pasos del que también fue su maestro en el extremo, Juanín, para regalar esa última camiseta de juego a la familia. Las lágrimas eran ya inevitables y con el partido finalizado también se fueron deslizando otras despedidas que no eran oficiales pero desde ayer son ya oficiosas. Fueron los casos de Soljic o Liapis, que no continuarán en León y se despidieron sin hacer ruido en un adiós en silencio, donde sus gestos y los de sus compañeros hablaron por sí mismos.

Más dudas hay en saber lo que ocurrirá con Kim. Ojalá su sensacional partido cambie su idea de volver a casa después de un año duro en la personal tras cambiar de mundo. Su sonrisa tras el encuentro transmite optimismo y en el caso del coreano eso es lo único que se puede sabe de él. Ya falta menos para que vuelva el balonmano.
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