Miguel Velayos: "Todavía tengo mucho de lo que desprenderme"

El poeta abulense acaba de publicar su nuevo poemario, ‘Ofrenda o vanidad’, que tiene previsto presentar el próximo otoño en Casa Benito, como ya hiciera con los anteriores ‘Lecciones de orfandad’ y ‘A nosotros la lluvia jamás nos pasará’

Joaquín Revuelta
26/03/2019
 Actualizado a 19/09/2019
El poeta abulense Miguel Velayos apuesta por la brevedad y la sencillez en su nuevo poemario ‘Ofrenda o vanidad’ que en otoño traerá a León.
El poeta abulense Miguel Velayos apuesta por la brevedad y la sencillez en su nuevo poemario ‘Ofrenda o vanidad’ que en otoño traerá a León.
Los últimos dos poemarios del poeta y escritor abulense Miguel Velayos se dieron a conocer en sendas presentaciones que tuvieron como escenario la centenaria taberna Casa Benito. ‘Lecciones de orfandad’ (Editorial Celya) lo hizo en marzo de 2016, en un recital en el que el autor estuvo acompañado por el guitarrista Alberto Blanco, mientras que ‘A nosotros la lluvia jamás nos pasará’ (Editorial Baile del sol) se presentó en febrero del año pasado, contando en ambas ocasiones como maestro de ceremonias con el periodista leonés y actual director general de Comunicación y Relaciones Institucionales del Grupo Vocento, Óscar Campillo. Velayos acaba de publicar un nuevo poemario con el título ‘Ofrenda y vanidad’ (Editorial Páramo), que ya ha sido presentado en su Ávila natal y los próximos meses lo hará en Valladolid y Madrid, prometiendo el autor regresar a León el próximo otoño acompañado de nuevo por el periodista de La Mata de la Riba.

Sobre su más reciente publicación, el poeta abulense asegura que obedece «al deseo, a la necesidad de intentar acercarse al despojamiento, intentar hacer no solo como medio de escritura sino como medio de vida un proyecto, un deseo de acercarnos a la ofrenda, a la sencillez», sostiene Velayos, y por ese motivo el libro debía ser «necesariamente breve, con poemas muy cortos en cuanto a su extensión, y dado que el poemario habla de la ofrenda a mí me parecía que el formato debía ser necesariamente pequeño», argumenta el autor, para quien ‘Ofrenda o vanidad’ pertenece en realidad «a un terreno fronterizo entre la poesía breve, incluso a veces el aforismo, o textos que son de pequeño aliento, un pequeño relámpago», señala el poeta.Sobre si esa fue siempre su idea inicial o si el formato del libro es el fruto de un proceso de depuración que casi siempre resulta ser largo y laborioso, Miguel Velayos confiesa que en su caso «no es que yo me proponga hacer un proyecto anticipadamente que vaya en esta línea, sino que cuando ya tengo una serie de poemas y corriges un poco te das cuentas de que hay una dirección o un hilo del que tirar y en este caso era el hilo de poemas pues más breves, más despojados, con menos retórica de los que ya había escrito en otros poemarios anteriores.Y ahí me di cuenta de que había a lo mejor la semilla de un libro», reconoce Velayos, a quien la lectura de una cita del poeta venezolano Rafael Cadenas que dice «el arte es ofrenda o vanidad» terminó por orientar ese impulso. Preguntado si esa apuesta por la sencillez supone también una filosofía de vida, Miguel Velayos responde que «es un deseo, no es que lo haya conseguido, ojalá. Yo no me siento capaz de decir que me he acercado a la sencillez. Es un proyecto, una herramienta más para acercarte a una serie de ideales, una forma de ideas de vivir que sí que van en esa dirección. Yo me siento más cómodo evidentemente dentro de unos valores que tienden a esa sencillez, o a esa pequeñez incluso, pero no es que lo haya conseguido.Todavía tengo mucho que pulir y mucho de lo que desprenderme, pero es verdad que estoy en un momento especial de mi vida, pues he sido padre hace un año, y pienso que el proceso de corrección del libro ha estado empapado por esa nueva vida que se abría paso. Todo lo que nos pasa en la vida nos influye y al final algo tan hermoso como la llegada de una niña en este caso y todas las transformaciones que ha traído pues supongo que están en ‘Ofrenda o vanidad’», asegura el autor, que reconoce que en el nuevo poemario la paternidad se manifiesta de manera tangencial y no con la rotundidad con que lo hizo en ‘Lecciones de orfandad’. «El libro ya estaba escrito y se pasó varios años en la editorial, pero en el proceso de depuración del mismo, que tuvo lugar en los últimos dos años, digamos, sí que se ha notado esa feliz circunstancia».En el libro existen algunos guiños a conocidas series de televisión como ‘Juego de tronos’ o ‘Breaking Bad’, que el autor justifica en el hecho de que «nadie es ortodoxo en sus influencias y hay una serie de guiños a determinadas propuestas culturales más modernas, pero también está una tradición literaria o poética muy consolidada de nuestro país, pues aparecen Antonio Machado, José Ángel Valente, Claudio Rodríguez, que es el que cierra el libro. Pero también yo pertenezco a una generación que ha crecido con propuestas culturales, cinematográficas, musicales o televisivas, y hay dos poemas a los que pongo el título de esas dos series tan conocidas, que aunque no tienen nada que ver con las series, es una especie de resonancia o de guiño. A mí me interesa siempre intentar mezclar. De hecho no creo que se pueda hacer de otra manera. Yo no soy capaz de escribir un libro puro en una dirección. Somos la mezcla y la suma de muchos intereses y de muchas influencias». De los versos que pueblan ‘Ofrenda o vanidad’ me gusta especialmente el titulado ‘El pasado’ que dice: «El pasado nos lleva demasiados fantasmas de ventaja». «Yo admiro mucho a los escritores que son capaces de escribir poemas breves, aforismos... A mí siempre me ha interesado. De hecho en todos los libros que he publicado hasta ahora siempre hay un impulso fuerte de poemas breves, quizás por mi incapacidad de hacer poemas más largos, pero el poema breve responde bastante bien a una definición precisa de la poesía que es tratar de decir el mayor número de cosas con el menor número de palabras posible. Es como tirar una piedra a un estanque y va creando unos círculos de resonancia. A mí siempre me ha interesado esos poemas de dos versos, donde dejas una especie de aguijón, de dardo, para que el lector se sienta atravesado. Respecto a ese poema que dices, han sido varias las personas que me han dicho que sí que les deja con esa sensación de cierta perplejidad», reconoce Velayos.En una entrevista anterior con relación a la presentación en León de ‘Lecciones de orfandad’ describía ese poemario como «muy situado en la meseta», algo que no sé si se da en igual medida en el caso de ‘Ofrenda o vanidad’. «La verdad es que sí. De hecho en la presentación de Ávila lo hablábamos, que había una serie de elementos claramente castellano-leoneses. En este libro muchos de los poemas están escritos en Valladolid, no todos pero sí una buena parte, y claramente está la meseta, está la espiga. Luego otros poemas fueron escritos en Ávila, en Gredos, y está la altura, está la nieve, está la montaña. Sí que hay un elemento geográfico. Es verdad que yo he evolucionado desde mis años viviendo en Madrid, donde era un escritor que estaba muy imbuido de una realidad urbana, al hecho de que mi vida se ha ido desarrollando en otras direcciones y estoy como recuperando, reencontrándome desde hace años con elementos que forman parte de mi vida desde el principio y que tienen que ver con un paisaje mesetario. En ‘Ofrenda o vanidad’ está claramente. Hay una serie de elementos que tienen que ver con el paisaje, que tienen que ver con la meseta, con la altura, con la luz...».Ya son dos veces las que el poeta abulense ha elegido la centenaria taberna Casa Benito para presentar sus poemarios. Como reza un célebre dicho, ‘no hay dos sin tres’, y en otoño Miguel Velayos prometer volver con ‘Ofrenda y vanidad’. Sobre las sensaciones que le ha provocado este emblemático local de la capital leonesa, Velayos asegura que «para mí se ha convertido en el lugar de referencia cada vez que voy a León, es un sitio centenario, con mucha resonancia literaria, histórica, y mi intención es en otoño o invierno acercarnos a León y presentar el libro, porque es una tierra eminentemente literaria y en la que me siento muy cómodo cada vez que voy. Y en Casa Benito en concreto nos tratan como si estuviésemos en casa, es gente muy hospitalaria. Esas noches las recuerdo con mucha viveza».

La reciente celebración del Día Mundial de la Poesía me sirve de pretexto para preguntar al autor abulense por la institucionalización de este y otros tipos de expresiones culturales. «Para los que amamos la poesía todos los días son motivo de celebración. No me parece mal que haya un día en el que una persona se pueda enganchar a través de esa institucionalización de la que hablas. No estamos para desdeñar propuestas culturales, pienso que es un día de celebración de la palabra. Es verdad que este tipo de celebración tienen cierta tendencia a la postura, pero seguramente mucha gente lo ha afrontado con muchas ganas de compartir la cultura en unos momentos difíciles. Pero el mejor acto para la poesía y para la cultura es leer y esto es lo más importante que tendríamos que hacer, leer con mucha mayor avidez».

Sobre la hoja de ruta de ‘Ofrenda o vanidad’, su autor recuerda que tuvo ocasión de presentarlo en su tierra natal. «En Ávila, mi ciudad, lo presentamos hace tres semanas y dado que la editorial es de Valladolid tenemos que hacer parada en la capital castellana. En Valladolid vamos a presentarlo el 12 de abril y luego iremos a Madrid a finales de mayo. Esa son las dos fechas próximas. Luego seguramente vayamos a León y a otra ciudades, pero de momento el primer tramo de primavera son Valladolid y Madrid», concluye.
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