"Mi única idea fue hacerle un último servicio a la lucha"

Antonio Verduras, expresidente de la Federación, propició la segregación de la Federación de Autóctonos, que ahora preside

Fulgencio Fernández
14/09/2020
 Actualizado a 14/09/2020
Verduras le entrega a Rivero el documento de la segregación de la lucha leonesa de los deportes autóctonos.
Verduras le entrega a Rivero el documento de la segregación de la lucha leonesa de los deportes autóctonos.
Antonio Verduras ha sido el presidente de la Federación de Lucha que más años ha estado al frente de este deporte en la época moderna. Ha dejado buenos recuerdos, imagen de gran trabajador, aunque no le han faltado algunas polémicas, inevitables en la lucha leonesa. En la actualidad es el presidente de la Federación de Deportes Autóctonos, en la que legalmente estaba integrada la lucha leonesa aunque no fuera ella quien organizaba las competiciones. La Federación que ahora preside Rivero busca la creación de una Federación propia, para lo que necesitaba que la de Autóctonos aprobara la segregación, que ya se aprobó la semana pasada.

–No faltó quien creía que Verduras iba a pasar «alguna vieja factura» y no iba a facilitar la segregación de la lucha de la Federación de Autóctonos; ¿se le pasó por la cabeza hacerlo?
–Quien piense así no me conoce de nada. Jamás se me pasó por la cabeza, nos lo pidieron porque ellos entienden que es lo mejor para la lucha leonesa y a mí lo único que se me pasó por la cabeza fue apoyar. Me lo planteé de otra manera, que se me presentaba la oportunidad de hacerle un último favor a la lucha leonesa, y lo hice.

–¿Fue fácil?
–Digamos que tuve que convencer a algunas delegaciones que lo acababan de tener claro, les parecía que se debilitaba nuestra federación.

«Imagino que Ángel Rivero, como yo en su día, tratará de hacer las cosas lo mejor que puede, hay que ayudar» –¿La de León?
–Sí. Y la de Valladolid, que están en su derecho de creer que no era buena la segregación, pero se lo expliqué, les pedí que me apoyaran en la petición que les hacía y aceptaron. Yo quiero agradecérselo.

–¿Qué le dijo a Rivero?
–Nada, que tenga suerte, que trabaje, que lo que sea bueno para la lucha es bueno para todos.

–¿Cómo ve la lucha y sus directivos en la actualidad?
–No estoy muy encima de la actualidad de la lucha; sabes que he pasado un trance de salud y bastante tengo con la Federación que ahora presido; pero imagino que será igual que cuando estaba yo, que intentas hacerlo lo mejor que sabes. Por eso, por mi experiencia, yo creo que lo mejor que puede hacer alguien como yo, que estuve ahí muchos años, es si puedo ayudar, como con lo de la segregación, pues ayudo y si no pues a animar.

–¿Qué necesita un buen presidente?
–Rodearse de gente válida, que ayude y trabaje, y tener suerte con las instituciones.

«Un presidente lo que necesita es gente válida a su alrededor, que trabaje, y suerte con las instituciones» –¿Tuvo Verduras suerte con las instituciones?
–Mucha. Excepcionalmente con una, con la Diputación, siempre tuve las puertas abiertas y en la época de Julio González teníamos todo lo que necesitábamos. Imagino que el hecho de que había sido luchador ayudó.

–Tal y cómo lo cuenta parece que fue un camino de rosas.
–Ni mucho menos. Pasé tragos difíciles, sufría, iba a todos los corros y siempre pasaba algo, que si la luz, que si no sé qué, algunos que protestan por todo, una campaña cruel que sufrí de algún medio de comunicación... En fin, hasta el incidente de Mansilla con los de Corcos, que son unos cachos de pan pero aquel día se les cruzó el cable.

–¿También habrá pasado buenos momentos?
–Muchos, claro, muchos. La amistad de mucha gente, de luchadores, fue una etapa muy bonita en general.

–¿Qué destacaría de sus años de presidente?
–Pues mira, tal vez lo menos vistoso. Crear la Liga de juveniles, que me mantearon los chavales en Valdealiso; empezar a acudir a los Europeos de Luchas Celtas y otros encuentros con otras disciplinas; la adquisición de las gradas para los corros, la furgoneta, que hubo que hacer ingeniería para comprarla y, a pesar de todo, quedó dinero en la caja que, por cierto, desapareció.

–¿Volverías a ser presidente?
–¿Ahora? No, nunca. Mi tiempo ya pasó, pero si volviera a nacer intentaría volver a ser presidente de la lucha.
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