"Mi meta principal es dar a conocer el IEB entre la gente joven"

Patricia Pérez Bruzos, única candidata a la presidencia del Instituto berciano que renueva su junta el próximo día 26 de junio

Ical
21/06/2020
 Actualizado a 21/06/2020
Patricia Pérez será la nueva presidenta del IEB tras las elecciones del día 26. | ICAL
Patricia Pérez será la nueva presidenta del IEB tras las elecciones del día 26. | ICAL
Abogada de profesión y vinculada al Instituto de Estudios Bercianos (IEB) desde los 16 años, la ponferradina Patricia Pérez Bruzos se convertirá el próximo viernes en la nueva presidenta de una entidad que cuenta con más de seis décadas de trayectoria y cerca de 700 socios. Su desempeño como letrada lo compagina con el puesto de profesora de Economía para alumnos de ESO y Bachillerato del colegio San Ignacio, a los que trata de transmitir su pasión por la historia.

La primera vez que entró en el IEB, recuerda, fue debido a un trabajo escolar sobre el monacato berciano que le mandó hacer el hoy rector de la basílica de La Encina, Antolín de Cela. Posteriormente, la entidad fue también el escenario de su primera experiencia laboral como administrativa. En la asamblea del próximo viernes, su candidatura será la única que se presente para recoger el testigo de manos de Mar Palacio, la presidenta durante los últimos 16 años y a la que Pérez Bruzos ya acompañó como secretaria de la junta directiva en anteriores mandatos.

¿Cuál es la principal meta que se marca a lo largo de su presidencia?
Mi meta principal es dar a conocer la entidad entre la gente joven y que aprendan a apreciar el IEB como algo atractivo. Que no lo vean como algo lejano o poco accesible, sino que aprendan a apoyarse en él, a acudir a nosotros. Queremos rejuvenecer la base de socios del Instituto.

¿Qué acciones se plantea para abrir la puerta del IEB a las nuevas generaciones?
Vamos a potenciar el uso de las redes sociales creando una cuenta de Instagram. Creemos que podemos llegar mejor a los jóvenes a través de documentos gráficos, para que puedan ver cosas que nunca han visto y que tienen aquí al lado. Desgraciadamente, muchos jóvenes no acaban quedándose aquí, pero cuando salen deben presumir de su condición de bercianos, deben ser embajadores del Bierzo. También queremos salir de nuestra sede y dar a conocer el IEB en los colegios, con talleres que expliquen para qué sirve, cómo se puede colaborar con nosotros y que nos pueden buscar para hacer trabajos. Igual que yo me enganché con 16 años, hay que buscar a esa gente que tenga esas inquietudes, que sepan que aquí las vamos a comprender y les vamos a apoyar.

Tras más de 60 años de historia, ¿es hora de replantear o de reforzar los planteamientos fundacionales del IEB?
Los principios fundacionales deben ser inquebrantables. El IEB ha sido durante todo este tiempo un referente cultural no sólo a nivel del Bierzo, sino que ha traspasado fronteras y a día de hoy es una institución reconocida en toda la Comunidad e incluso fuera de ella. Esas raíces están ahí y lo nuevo que aportemos debe partir de lo antiguo, de mantener, difundir y conservar nuestra cultura. El Bierzo es una entidad que tiene mucho que dar a nivel histórico, paisajístico o medioambiental. Tenemos que aprender a valorar lo que tenemos y, sin embargo, muchas veces no lo valoramos ni siquiera dentro de la propia comarca. Además, hay un desconocimiento total por parte de la gente joven. Muchos no saben ni dónde está el Valle del Silencio y yo creo que ésa es una carencia que tenemos. Debemos llegar a la gente joven para que comprendan lo que tienen aquí. Este patrimonio es oro y tenemos que guardarlo.

Fomentar las investigaciones sobre el Bierzo y convertir las secciones del IEB en laboratorios de ideas es otro de sus grandes objetivos. ¿Qué actuaciones se plantea en esa línea?
El hecho de funcionar como órgano colegiado nos da una posibilidad de hacer muchas tormentas de ideas. Nuestra intención es sentarnos a hablar para empezar a tratar temas como la difusión de la Reserva de la Biosfera de los Ancares Leoneses, de sus pinturas rupestres y sus castros. Hay que englobar el Bierzo en su conjunto y ver cómo podemos llegar a la gente no sólo de Ponferrada sino de todo la comarca. Nuestra idea es poner en valor el Bierzo y potenciarlo, igual que se ha estado haciendo estos años y para ello es fundamental la colaboración con las instituciones. Una de las cosas que primero explico a mis alumnos es que en Ponferrada existe una cátedra de turismo sostenible que es inédita en España y que pretende poner en valor las cosas de nuestra tierra y buscar nuevos puestos de trabajo y nuevas fuentes de negocio en un momento en el que el fin de la minería provoca que muchas personas de nuestro entorno carezcan de empleo.

¿Qué planes tiene para el aula arqueológica que el IEB gestiona en Las Médulas?
El trabajo colaborativo en equipo es nuestro objetivo. Creemos que en Las Médulas se debe hacer un esfuerzo común y trabajar todos a una por el paraje, por preservar ese tesoro. Queremos aunar voluntades, equipos y trabajo para conseguir colaborar con todas las instituciones que tienen presencia en el territorio. El aula se reabrirá el 1 de julio, como el resto de las dependencias del Instituto, y estará abierta todo el verano.

¿Cómo avanza el proyecto de creación de un archivo de la memoria popular de la comarca?
Es un proyecto muy bonito del que Mar nos ha hablado con mucho cariño. Existen trabajos bastante desarrollados pero queremos hacer hincapié en las memorias de gente que ha vivido épocas históricas no tan lejanas, como la Guerra Civil, y que ha guardado las cartas del frente. O en los emigrantes que desde el extranjero han seguido vinculados al territorio de la comarca. Queremos recoger todo lo que ha significado el siglo XX para el Bierzo, con la llegada de gente de fuera cuando empezó la MSP y como repercutió eso en la ciudad.

¿Quiénes le acompañarán formando parte del nuevo equipo directivo y qué equilibrio mantiene la candidatura en cuanto a continuidad y renovación?
Es un equipo polifacético que abarca diferentes profesiones y ámbitos de la cultura. Me acompañan la periodista Mariola Estrada; Luis Fernando Brugman, que ha trabajado mucho tiempo en la Unesco en proyectos de patrimonio histórico y cultural; la ingeniera Raquel Bodelón; José Joaquin González-Zabaleta, que es arquitecto técnico; y Juan García Berlanga, profesor jubilado del IES Gil y Carrasco, que es la voz de la experiencia. Queremos tener una visión nueva, sin rechazar nada de lo antiguo. Buscamos aportar nuevas ideas y contar con gente muy preparada a nivel de asociacionismo y de difusión de la cultura y del patrimonio.

¿Qué repercusiones ha tenido la pandemia del coronavirus en el IEB como institución? ¿Qué cosas deberán cambiar en su funcionamiento para adaptarse a la nueva normalidad?
Va a afectar bastante. En cuanto al fondo documental del Instituto, la consulta de los libros deberá adaptarse a unos nuevos protocolos de seguridad. Además, en junio había previstas unas jornadas sobre patrimonio histórico y medioambiental que se han tenido que suspender. Pensamos retomarlas, pero no sabemos cuándo. También han cambiado los aforos y las normas para los espacios cerrados. Vamos a seguir organizando jornadas pero intentaremos fomentar las transmisiones ‘online’, porque tenemos muchos socios que están fuera y que de esta manera podrán disfrutar de los congresos desde su ordenador en cualquier parte del mundo. La tecnología ha llegado para quedarse y tenemos que aprovecharlo: en esta época de confinamiento he visto a través de internet museos que a lo mejor no visitaré en mi vida. Además, es otra forma de acercarnos a los jóvenes.
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