Messi, Yuri te presta la máscara

Este fin de semana se jugó la Supercopa. No creo que sea la competición a la que futbolistas, clubes y afición presten más atención. Tampoco ayuda a devolverle brillo que los que manden en nuestro fútbol estén más pendientes de las audiencias en China o de soltar bravuconadas por la prensa que de lo que realmente nos importa a los que sostenemos el tinglado.

¡Ah! ganó el Athletic, aunque probablemente no se hayan enterado. Es lo que le faltaba a la competición, que su campeón pase a un segundo plano porque los ‘hooligans’ que han conquistado la prensa deportiva conviertan la expulsión de Messi en el epicentro de su enésimo sainete. Y como esta semana la Deportiva gozó de un más que merecido descanso, hablaremos de la jugada de la discordia.

Parece ser que la agresión fue culpa del agredido, que fue una respuesta natural y comprensible a un marcaje pegajoso. Si es que, como osa el Athletic tratar de frenar al argentino. Pobrecito, todos los partidos lo mismo. No son pocos los que defienden esta teoría. Tampoco me sorprende teniendo en cuenta que hace unos días por mi ‘timeline’ de Twitter desfilaron varios especímenes quemando nieve con un mechero para demostrar que era artificial y que todo era un plan del Gobierno.

Messi es un fuera de serie, un fenómeno, un talento que marcará a varias generaciones. Como Cristiano Ronaldo. Como Ronaldo Nazario. Como Ronaldinho. Este tipo de figuras siempre están en el punto de mira y aunque en este caso jugó en su contra, el fútbol es mucho más fácil cuando tienes ese tipo de ‘estatus’. ¿O alguien duda que a su vuelta los árbitros mirarán con lupa a todo aquel que orbite a su alrededor?

Me pregunto qué pensarán el resto de futbolistas ‘terrenales’. En Ponferrada tenemos nuestra propia estrella, nuestra leyenda, un brasileño que ya es un berciano más y que parece haber encontrado el secreto de la juventud eterna. Y de recibir el ‘mimo’ que acaparan en la élite, quién sabe que hubiera pasado.

Durante la década que Yuri lleva defendiendo la camiseta de la Ponferradina ha sufrido ese tipo de atenciones de los rivales semana sí y semana también. Con y sin cámaras de por medio. Siempre en silencio. Muchas veces, para más ‘inri’, siendo el malo de la película a los ojos de los árbitros. Así que después de tantos años de pisotones, agarrones y codazos, de tener que jugar con ‘mascarilla’ después de alguna ‘caricia’, me lo imagino viendo el partido y alucinando con las reacciones posteriores.

También me acuerdo de Kaxe, que solo desde que viste la camiseta de la Deportiva ha salido más veces en camilla que muchos a lo largo de toda su carrera. Eso sí que son marcajes poco deportivos. Actitudes que hay que reprobar. Pero de esos pocas veces se sufren en la élite. Ya saben, más se queja quien caga en la manta que quien la lava.