05/03/2020
 Actualizado a 05/03/2020
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La Mesa por León se reunió el martes y empezó mal. No hubo decisiones ciertas. Eran un batallón, que es lo ideal para que no funcione. No obtuvieron conclusiones concretas ni compromisos. No llevaban contenidos precisos para la reunión, es decir, no la prepararon. No estaban representados los alcaldes de las tres ciudades de más de 20.000 habitantes, que representan al 48% de la población provincial y que son los centros del dinamismo económico que resta en la provincia. No estaba más que una de las dos asociaciones de empresarios. Estaba el Consejo Comarcal del Bierzo, que apenas tiene competencias y presupuesto. Estaban los representantes de CCOO y UGT autonómicos, cuando lo que se pretende es una mesa provincial. Se relegó a los representantes provinciales, que son los promotores. Cuando algo mueve el rabo como un perro, tiene hocico de perro y ladra, es muy probable que sea un perro. La mesa de León parece hecha para amordazar el estallido social contra la autonomía de Castilla y León, y empezó como un cuento chino.

La mesa estuvo presidida por un exconcejal de Valladolid, que aplaude las tesis de concentración de la economía en esa ciudad. Este compañero y amigo de Óscar Puente fue nombrado delegado del gobierno en León (y Castilla). Hay historiales que inhabilitan a una persona para ciertos desempeños, aunque parece que eso no figura en el manual de estilo de Valladolid. Esta composición de la mesa está propiciada por Cendón, que une así su destino político a los resultados.

Se dice sin empacho que la mesa se encargará del seguimiento de las obras y acciones que se decidan. Y, para saber qué hacer, convocan tres foros y crean una agencia. La Junta tiene la obligación de saber qué hace falta y de hacerlo para que exista un equilibrio territorial, como fijan el estatuto de autonomía y la Constitución. Ergo estamos sin gobierno autonómico. En consecuencia, se asume que la autonomía no actúa de oficio en sus competencias en León: es una institución fallida.

Da la impresión de que los de Valladolid están solo para controlar la Mesa de León: el delegado del gobierno, el consejero de Hacienda, los de CCOO y UGT, y los bienquedas de León que les hacen los encargos.

No hay que perder el norte: al grave problema generado durante 35 años corresponden soluciones estructurales. La autonomía leonesa sería la óptima. La territorialización del 100% del presupuesto y la creación de la NUTS 2 leonesa para recibir fondos europeos es la mínima mientras llegue otra mejor. Se debe monitorizar la demografía, renta y empleo desde el primer momento. Si no mejoran, lo que se esté haciendo será insuficiente.
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