En León más de la mitad de las gallinas ponedoras son de cría campera y producción ecológicaEstos huevos han sido puestos en 2016 por un total de 195.720 gallinas ponedoras que se crían en las granjas leonesas. De ellas, 85.480 se crían en jaula y en suelo con destino a la producción comercial y el resto son de cría campera y producción ecológica comercial y también de autoconsumo, según recogen los últimos datos ofrecidos por el Ministerio de Agricultura y Ganadería. Priman por lo tanto en León las gallinas camperas, condición que cumplen estas aves si como máximo permanecen en el interior durante 12 semanas, tiempo que si se supera, según la normativa, haría que la gallina pierda esta condición.’
Al igual que ha bajado la producción de huevos, también lo ha hecho el número de gallinas ponedoras en León, que en 2011 era de 287.563, casi 92.000 más. Dentro de las ponedoras hace cinco años había además un pequeño censo de ocas, patas y pavas que a día de hoy está a cero.
Los españoles consumieron durante el pasado año una media de 254 huevos por persona Muy lejos están los datos del sector avícola en la provincia de León con respecto a otras de la comunidad autónoma como Valladolid, máximo exponente en la producción de huevos en la comunidad con un total anual en 2016 de 103.113.000 de docenas de huevo producidas.
Según recoge Efe Agro, el sector del huevo genera en España un negocio que roza los 1.000 millones de euros al año. El año pasado, en concreto, se facturaron 991 millones y la producción rebasó los 1.125 millones de docenas de huevos. Existen 1.193 granjas registradas para producción de huevos de gallina, además de 862 centros de embalaje de huevos y 31 industrias de fabricación de ovoproductos.
Algunas de ellas se encuentran en Castilla y León, donde el sector avícola cuenta a fecha de 2017 con cuatro granjas de selección, nueve de multiplicación, 122 de producción y 24 granjas de cría.
De la gallina a casa en 3 días
Según la Organización Interprofesional del Huevo (Inprovo), las granjas españolas están en su mayoría unidas al centro de embalaje que recoge, clasifica y envasa los huevos y los distribuye a las tiendas, de manera que el alimento llega desde la gallina al consumidor en entre uno y tres días de media. En el contexto europeo, en 2016 en la Unión Europea (UE) había 384 millones de gallinas ponedoras, más de la mitad, el 56 por ciento, en jaulas acondicionadas, en 22.235 granjas. Los mayores productores son Alemania, Francia, España, Polonia, Reino Unido e Italia, que suman el 70 por ciento del censo total comunitario. En estos momentos, la UE es autosuficiente en producción de huevos y uno de los principales proveedores del mercado mundial, junto con Estados Unidos, Turquía y Malasia. El 4,3 por ciento de la producción comunitaria de huevos se exportó en 2016 a países terceros, con China, Singapur, Japón y Suiza como principales mercados.
España exporta un 15 por ciento de la producción, unas 106.000 toneladas de huevos y ovoproductos, de las que 74.453 fueron huevos de consumo, informan desde Inprovo. De cara al futuro, ha destacado la organización, los avicultores españoles reivindican que en los acuerdos comerciales la UE defienda su modelo y a sus productores.
La influenza aviar
Otros desafíos son la aparición periódica de la influenza aviar en Europa, que condiciona la actividad de los productores y las relaciones comerciales con países terceros, y la confianza de los consumidores en la producción comunitaria, «puesta a prueba recientemente en muchos países con el caso de los huevos contaminados por fipronil», entre otros. También hay que hacer frente, han recordado desde Inprovo, a los «ataques de activistas veganos contra la producción ganadera».La influenza aviar es una infección de aves con virus de influenza aviar tipo A. Este virus se encuentra de forma natural entre las aves acuáticas de todo el mundo y puede infectar a las aves de corral domésticas y a otras aves y otras especies animales.
Los huevos que se producen lo hacen dentro del Modelo Europeo de Producción siguiendo una estrictas normativa de seguridad alimentaria, sanidad animal, trazabilidad, y bienestar animal, así como a especificaciones de calidad del mercado. Esto se refleja en el etiquetado del producto.