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Merino y Mateo: materia leonesa

01/11/2021
 Actualizado a 01/11/2021
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En el prólogo del libro del cronista: ‘Las montañas de León en El Quijote de Cervantes’ (Nº 61 de ‘Los breviarios de la calle del pez’) José María Merino hablade nuestro ser y esencia literarios, y hace un repaso de casi toda la «materia leonesa» hasta Cervantes: Bernardo del Carpio, Suero de Quiñones, Jorge de Montemayor, Antonio de Torquemada, Pedro de la Vecilla, y demás presuntos implicados.

Es curioso comprobar cuánto le interesaron a Cervantes: Bernardo del Carpio, Don Suero de Quiñones, La Diana de Jorge de Montemayor, El jardín de flores curiosas, el León de España de Pedro de la Vecilla, y cuán poco parecen interesar hoy a las nuevas generaciones. Pero, de aquellos polvos vienen estos lodos. Y a José María Merino, recién galardonado con el premio nacional de las letras, siguiendo los pasos de Luis Mateo Díez que lo recibió el año pasado, los ensueños cervantinos lo han llevado a las alucinaciones de otros mundos paralelos e incógnitos en los que desarrollar nuestras locuras.

¿Cuál sería hoy, la materia leonesa? Pues, si tomamos a uno de sus mayores representantes, nuestro Luis Mateo Díez, sería un territorio estrafalarío, unas ciudades de sombra, y unos ríos contrariados, habitados por unas gentes despobladas de cordura y engullidas para el polvo que sopla de la locura. Y si nos confiamos en Merino, para quien «La literatura nos ha enseñado a saber lo que nos pasa» sería todo «lo irónico, paródico, serio, utópico, construyendo mundos posibles» al decir de Pozuelo Vivancos. En ambos casos, Cervantes continúa estando ahí. Nuestra ciudad, nuestras tierras y nuestro paisanaje, se trataría de un espacio habitado por el desconcierto y la reverberación de la memoria, por el que se mueven seres perdidos, atrabiliarios, inconscientes, acechando siempre desde la oscuridad para ver si los otros delinquen o blasfeman, alucinan o se esfuman por las cloacas de la historia.

Más que sufrió Bernardo del Carpio no hemos sufrido los leoneses de hoy y, sin embargo él aguantó carros y carretas logrando pasar a la historia como el vencedor de Carlomagno. Más arrogancia que la de Suero de Quiñones, el del Paso Honroso, no puede haber, y todo para conquistar el corazón de una mujer. Marta Prieto, en ‘La ilustrísima’ persigue nuestra vieja materia leonesa. Pero necesitamos a Merino y a Mateo, que nos lleven al otro lado de la realidad, para ver si allí, como el magma incandescente del volcán de la Palma, se inicia una nueva saga de personajes autóctonos dignos de representar a los leoneses de hoy. Me refiero a los héroes heroicos, no a los de usar y tirar.
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