Mercedes Gago: "Sin enfermeros suficientes, se resienten los derechos de los pacientes"

La secretaria general del sindicato de enfermería Satse considera que es el momento de recuperar los derechos perdidos por la crisis y de avanzar en el desarrollo de la profesión

Ical
07/01/2018
 Actualizado a 05/09/2019
La secretaria general de Satse Castilla y León, Mercedes Gago. | ICAL
La secretaria general de Satse Castilla y León, Mercedes Gago. | ICAL
Tiene por delante cuatro años para trabajar por un colectivo que en estos años de crisis se ha resentido en número y en derechos. Dice que no parará hasta recuperar la jornada de las 35 horas, es “la constante”, y lograr que las plantillas de Atención Primaria y Especializada salgan del letargo en el que las han sumido diez años de amputaciones. Ahora, “ha llegado el momento” de reforzar con cifras – su cálculo supera los 800- los profesionales de enfermería que trabajan para Sacyl por una cuestión de principios laborales y de lógica asistencial: Sin plantillas suficientes lo que se resiente es la calidad de la asistencia y los derechos de los usuarios, en especial, los de aquellos pacientes que viven en el medio rural. Mercedes Gago acaba de ser elegida secretaria general del sindicato mayoritario de enfermería, SATSE, tras un año al frente de la gestora, en el que ha sentado los mimbres de la revolución de un colectivo que quiere seguir conquistando prestaciones y avanzar en su desarrollo profesional. Este es su reto, el sentido de su cargo y el objetivo por el que día a día lidera un sindicato al que no le valen los anuncios, ni las promesas, le vale el apoyo y el refuerzo a la profesión del cuidado del paciente, de la promoción y de la recuperación de la salud.

- Concluye un año de importantes conquistas, entre ellas la prescripción enfermera. ¿Con este paso se sella la paz con el colectivo médico, o todavía existen conquistas pendientes?
- (Ríe) Nunca hemos estado en guerra. Hay puntos en los que chocamos y éste era uno. Al final, lo importante es que se ha llegado a un acuerdo nacional, algo bueno para la profesión pero sobre todo para el paciente. Tenemos que avanzar en campos propios y nos tienen que dejar. Hoy un enfermero es un profesional formado en la universidad con un título de grado igual que un graduado en Medicina, con unas competencias que no reunía antes cuando era ATS o enfermero. Ahora toca que cada cual desarrolle sus funciones sin invadir competencias. Las nuestras están claras: Somos los profesionales del cuidado del paciente en la prevención, la promoción y en la recuperación de la salud.

- Su prioridad, lo decía hace unos días, es trabajar por los profesionales en un momento de “notables necesidades”, ¿cuáles son esas necesidades?
- En estos años de crisis hemos perdido muchos derechos. Es el momento de recuperar derechos laborales y de mejorar la conciliación de la vida familiar, laboral y personal, un lastre de muchos años. También, hay que avanzar en campos como el de la salud laboral, del que se habla mucho pero sobre el que se toman muy pocas decisiones. También, hay que disminuir los accidentes laborales que, por desgracia, suben año a año, y otro asunto, que es más sangrante todavía, las agresiones al personal sanitario. Parte de nuestro trabajo, en colaboración con la Consejería, es informar y formar a nuestros trabajadores para evitar que haya tantos accidentes biológicos y para lograr que bajen las agresiones.

- ¿Qué más se puede hacer para evitar las agresiones, partiendo del hecho de que muchas veces se trata de una cuestión de respeto y educación de los usuarios?
- Formamos a los profesionales con cursos de autodefensa y técnicas de comunicación para ayudarles a enfrentarse a estas situaciones complicadas. Hay avances, como la figura del interlocutor policial sanitario que permite que la Guardia Civil y la Policía Nacional se personen cuando hay un problema. Es un paso, aunque en este grupo de trabajo se ha ignorado a los sindicatos, que somos los que en el día a día asesoramos y atendemos a un compañero cuando sufre una agresión. El Observatorio de Agresiones de Castilla y León funciona, pero queda que la Administración dé un paso adelante y sean los gerentes de los centros los que denuncien estas situaciones, y no el profesional.

- El déficit de plantilla sigue siendo un hándicap, ¿le vale las más de 2.300 plazas comprometidas por Sacyl?
- Son insuficientes, muy insuficientes. Se necesitarían más de 800 enfermeros para poder cubrir con calidad los servicios de Sacyl, de las residencias de la Gerencia de Servicios Sociales y los centros de educación especial. Con los recortes, hemos perdido mucha plantilla en los hospitalesy muchas plazas en Atención Primaria, y ahora toca recuperarlas. No nos valen los anuncios de que va a haber una gran OPE para estabilizar profesionales; porque eso se traduce en que las plazas que hay se van a cubrir con personal fijo. Antes de la crisis teníamos muchos enfermeros fuera de plantillas. Este personal desapareció en 2012 y ahora hay que recuperarlo, porque seguimos teniendo las mismas camas, nuevas consultas y nuevas competencias asumidas y por asumir. La Comunidad es muy grande, con una enorme dispersión geografía, y con una población muy envejecida. Se han ido amortizando plazas que provocan que los profesionales no lleguen a todos los sitios para poder cubrir las necesidades de estos pacientes, y la calidad se resiente. No se pueden amortizar más plazas y hay que replantearse volver a crear algunas.

- ¿Cómo concilia un enfermero?
- Es imposible, por eso pedimos esas 800 plazas adicionales. Un enfermero hace mañanas, tardes y noches y, además, si falta un compañero tiene que asumir su trabajo. Con las plantillas que hay es imposible. Ahora nos vamos a encontrar con compañeros a los que a finales de año les deben 20 días... Luego, en febrero, que a alguien se le ocurra contratar a alguien... No queremos que nos los paguen, queremos disfrutarlos.

- El rodaje de la gestión enfermera a la demanda es un paso hacia adelante en competencias avanzadas en enfermería, ¿hay más margen de desarrollo?
- Tiene mucho margen. En algunos sitios se ha implantado con éxito, en otros no tanto, y ahora hay que incluir nuevos procesos. Estamos trabajando con la Consejería para implantar las consultas de enfermería en los hospitales; consultas lideradas por un enfermero con capacidad de decisión y agenda propia, como ya está ocurriendo en algunos centros con ostomía, neumología, educacion diabetológica, urología... Hemos avanzado mucho para que haya enfermeros especialistas, por ejemplo, en geriatría, que son los que lideran las unidades de continuidad asistencial de los hospitales. Se ha demostrado que esta fórmula facilita mucho las cosas a los pacientes, es un avance. Lo mismo ocurre con las gestoras de casos en oncología, que están ahorrando visitas y agilizando pruebas, trámites... incluso tiempos en el caso del transporte. Hay campo de desarrollo.

- ¿El aumento de la esperanza de vida obliga a un nuevo modelo asistencial más ligado a los cuidados, que es al final lo que exigen envejecimiento y cronicidad?
- No se trata tanto de un cambio de modelo como de refuerzo de las plantillas. En los hospitales están al límite, muy ajustadas, y hay que fortalecer el primer nivel y replantearse todas las plazas que se han amortizado, porque las personas que viven en pueblos pequeños y alejados tienen el mismo derecho a la asistencia sanitaria que uno que vive en el alfoz de cualquier capital de provincia. Las necesidades de estos pacientes hay que cubrilas. Sin enfermeras suficientes, se resienten los derechos de los pacientes.

- Hace unos días presentaban un estudio que arroja que la mitad de los enfermeros sufre el síndrome del 'empleado quemado' y ocho de cada diez, estrés. ¿Consideran que la situación va a peor; por dónde pasa la solución?
- La solución pasa por más personal. Pese a los signos de recuperación, estamos peor: tenemos menos plantillas; no podemos organizar nuestra vida, y nos vamos a casa con el sentimiento de que hacemos las cosas corriendo y no todo lo bien que nos gustaría, y trabajamos más horas de las que nos corresponden. Esto repercute en el paciente; es un agobio y lo que te lleva a estar quemado.

- Ha habido bastante polémica por las plazas de médico de área, en el caso de las enfermeras, ¿la situación es similar?
- La polémica es la misa. La falta de planificación de las gerencias repercute siempre en los enfermeros de área. Si un equipo decide que no hace domingos, si el calendario no está bien hecho desde principios de año... todo repercute en el personal de área. La Consejería debe analizar la situación, porque es un problema muy grave de la Atención Primaria. Los pacientes se encuentran cada día con un profesional diferente en la consulta; no hay continuidad en los cuidados... Esto no es calidad.

- En más de una ocasión ha reivindicado la implantación de un itinerario laboral y un sistema especial de jubilación, qué incluyen estas propuestas
- Cuando las enfermeras cumplen 65 años, muchas llevan más de 40 trabajando y de ellas muchas haciendo turnos, cuando la nocturnidad, está demostrado, es un factor de riesgo cancerígeno por la OMS. No tenemos salida para muchas de estas enfermeras. Una de dos, u organizamos un itinerario laboral para que cuando lo necesiten -por su estado de salud o porque por edad ya no aguantan las guardias como con 30 años- tengan un sitio para desarrollarse profesionalmente, o nos jubilamos anticipadamente sin perder derechos. Si pese a ser una profesión vocacional, las enfermeras en cuanto pueden se van, algo pasa.
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