Menos piedras

Esta semana hemos asistido a uno de los actos de colaboración y unión de mujeres más grande que ha sucedido en nuestro país en años. Especialmente en Madrid, una enorme marea morada ha recorrido las calles para reivindicar derechos de igualdad e inclusión. Antes de nada, diré que yo no fui a la manifestación. Lo he visto en la calle, en la televisión, en redes sociales… pero no he ido. ¡Ahora es el momento en el que me empiezan a llover las críticas! Pero todo tiene su explicación. Tampoco hice huelga. En mi empresa todas somos mujeres, y mi jefa es emprendedora. Ninguna hizo huelga, aunque tuvimos la libertad de hacerla. Pero en mi caso, creo que contribuyo más a luchar por mis derechos como mujer, trabajadora y libre quedándome a trabajar en un día como el jueves. ¿Por qué? Porque como he dicho, mi directora es mujer y emprendedora de un proyecto que necesita que todas empujemos. En una multinacional puede que dé igual si un día no facturan, pero en una empresa pequeña o para una persona que sea autónoma, no. Así que, aunque respeto muchísimo a todas las personas que han hecho huelga, que han ido a la manifestación –me pareció un gesto precioso– y entiendo perfectamente todos y cada uno de los motivos por los que lo han hecho, soy más amiga de las pequeñas acciones que se repiten en el tiempo, que de los grandes actos significativos que al mes siguiente son papel mojado. Si quieres luchar de verdad por nuestros derechos, ayuda a otras mujeres que están a tu lado. Apoya a esa amiga o conocida que ha abierto una nueva tienda, cómprale algo. Si eres jefa, se empática con tus trabajadoras, aconséjalas, ayúdalas a crecer y a llegar donde ahora estás tú. Si eres experta en algo, compártelo con tus compañeras. No pongas zancadillas, no prejuzgues, no sientas envidia. Si no puede con todo, échale una mano, saca tiempo. Necesitamos tirarnos menos piedras entre nosotras, querernos más, admirarnos más. Porque ser mujer, es lo más bonito que nos ha podido regalar la vida.