El Grupo de Menores de la Policía Local –integrado en la Unidad de Atención a la familia que coordina el oficial Santiago Llamazares– se ha convertido en un referente nacional en materia de seguridad. El balance de actividad del primer semestre del año refleja en primer lugar un incremento de las infracciones penales y conductas antisociales de los menores de la capital. Concretamente, la cifra se sitúa en 131, siete más que en la primera mitad de 2018. Y es lo que en estos momentos más preocupa a los integrantes del llamado Grupo Paidos (palabra en griego que significa niño). "Hemos detectado un repunte en la comisión de hechos penales, de las anteriormente denominadas faltas, a través de las redes sociales. Es el principal problema en este momento y viene derivado sobre todo del tema del acoso a través de las redes sociales, la impunidad que da el uso el WhatsApp o cualquier otra red social a la hora de que los menores se vean alentados a insultar, a faltar al respeto… Pero también estamos viendo que publican demasiadas imágenes de contenido erótico, algunos desnudos y otras cuestiones similares", explica Llamazares.
El oficial responsable de la Unidad de Atención a la Familia –en la que además están el Grupo de Atención a la Mujer (Gamu) y el de Mayores (Gruma)– admite que no son capaces de atajar este tipo de conductas. "Y eso que estamos dando múltiples charlas en los centros educativos para instruir a los menores en el correcto uso de las redes sociales, tanto nosotros como otras instituciones, porque me consta que el Incibe está trabajando en ello y me consta que también lo hacen los propios colegios, pero la verdad es que ha habido un aumento considerable", reconoce Llamazares.
Las casas de apuestas
Más esporádicos son los problemas derivados de la proliferación de casas de apuestas en la ciudad, ya que el Grupo de Menores había intensificado su labor de vigilancia en estos establecimientos. "En su momento se denunció a una casa de apuestas porque pillamos a un menor in fraganti jugando a las máquinas tragaperras y en ese momento se aumentaron los controles. Ahora no hay mucho y es sobre todo cuando un menor tiene un amigo mayor de edad y decide apostar a través de él. Se nos ha dado algún caso de padres o madres que han venido a denunciar la falta de dinero o de joyas en casa y he constatado que el menor se lo facilita a un mayor, se vende esta joya en una tienda dedicada a la compra de oro, se saca un dinerillo y se utiliza luego para apostar. Pasa lo mismo con los pequeños hurtos de teléfonos y otras cuestiones similares. Al final es conseguir dinero para apostar", argumenta el oficial.
El balance de actividad del primer semestre especifica también que se han llevado a cabo 81 actuaciones por consumo de alcohol o drogas en la vía pública que han derivado en 39 denuncias (en el mismo periodo habían sido 65 y 16 respectivamente). En este sentido, Llamazares explica que el fenómeno del botellón ha ido a menos en las calles de la ciudad, pero que se ha incrementado el consumo de algunas drogas. "El consumo de cannabis sigue subiendo. La marihuana está de moda entre los más jóvenes, mientras que en el caso del botellón sí hemos detectado que ha bajado de forma notable, no tanto en lo referido al consumo de alcohol, pero sí que no se suele hacer ya en la vía pública ni con la impunidad de antes. Las zonas habituales se están perdiendo, como era el caso de la calle Las Cercas, la bolera de San Francisco... Está desapareciendo el botellón", concluye el oficial responsable del Grupo Paidos.