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Memoria de un cuerpo (y más)

15/04/2023
 Actualizado a 15/04/2023
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Lo primero que hicimos fue andar por el escenario. Andar sin rumbo, evitando movernos en círculos, nos dijeron, sólo andar y buscar nuevos caminos. Encontrar espacios y no hacer siempre lo mismo y ser conscientes a cada paso de cómo sentían el suelo nuestros pies, que estaban desnudos o con calcetines. Después imaginamos que hacíamos dibujos con los pies en el suelo. Los giros se volvían circunferencias; los deslizamientos, rayas. En pinceles del aire se convirtieron, poco a poco, otras partes del cuerpo: la cadera, una rodilla, la otra, los codos, los brazos, las manos, la cabeza loca llena de pensamientos y, ya en ese momento, vacía. Un cerebro felizmente a la deriva.

Ser sólo un cuerpo, que ya es mucho. Unas articulaciones que se abren y que se cierran, unos músculos que se contraen y se relajan, unos huesos agitados, unos pulmones que se aceleran o que se aquietan, una sangre con ritmo en venas y arterias.

Los tres bailarines de Dantzaz Konpainia, Laura G. Latasa, Íñigo Rementería y Maddi Gaztelumendi, nos recordaban que teníamos un cuerpo y que el cuerpo puede ser creativo y puede ser libre y también que puede ser disciplinado y aprender. Que el cuerpo tiene memoria. Hubo, de hecho, un movimiento que no recordaba -pero mi cuerpo sí- desde los años noventa y algunos bailes discotequeros que ya sólo existen como nostalgia.

El día antes de estrenar su espectáculo Quo en el Teatro Bergidum de Ponferrada, los bailarines de Dantzaz hicieron este taller de danza contemporánea y fue gozoso y todos sentimos que participábamos en esa conversación sin palabras que es el baile.

Bailar es algo tan fieramente humano que me pregunto por qué habría de interesarme una coreografía hecha por una inteligencia artificial. Decía el otro día un amigo que no importa que una IA escriba un buen texto, un poema o una novela porque leemos a otros humanos para proyectarnos y vernos en ellos, para encontrar en otros lo que pensamos y sentimos. Es como le decía una chica a otra, que dudaba sobre un movimiento: «tú déjate sentir».
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