Una de las primeras cuestiones que había que dilucidar es si la propuesta de mejorar las deficiencias del CAP por medio del sistema de que cada hectárea de pasto valga como hectárea y media es una idea oportuna o no tendría repercusión positiva. Los asistentes, según se indicó en un comunicado, creen que esa solución no aportaría nada significativo, que la solución es eliminar los criterios restrictivos que representa el CAP, al menos en las zonas de ganadería de montaña.
También se abordaron cuestiones como los problemas de picaresca de los cebaderos, que han cobrado ayudas de la PAC por la vía de las hectáreas de pasto que determinadas juntas vecinales les han vendido, y que se solucionaría haciendo que los cebaderos no cobren ayudas asociadas a pastos, sino asociadas a las cabezas de ganado. Algo que, según se recalca en el comunicado, debería hacerse también para los propios ganaderos: que las ayudas no estén en función de las hectáreas de pasto, sino en función de las cabezas de ganado. También se propone que las hectáreas que hayan sido sometidas a desbroces que se incluyan y se concedan, si no el mismo año que se hace el desbroce, al año siguiente como máximo.
En cuanto al tema de la convivencia con grandes carnívoros salvajes, se plantea la necesidad de que haya ayudas a todos aquellos ganaderos que tengan su explotación en zonas de grandes carnívoros, pero ayudas a priori, no compensaciones a posteriori por los daños causados.
Otro tema que se planteó es la conveniencia de que se elabore y publique un documento de ‘Buenas prácticas’ o ‘Normas de convivencia ganadería-turismo’, para evitar problemas de accidentes o denuncias entre usuarios de zonas de pasto que estén desarrollando actividades turísticas, como el senderismo, y elementos propios de la actividad ganadera, como son los perros de guarda, o los pastores eléctricos.
Reunión con la Reserva
La Casona de Murias también acogió el fin de semana otra reunión entre juntas vecinales, concejales y ganadores con el equipo técnico de la Reserva de la Biosfera Valles de Omaña y Luna. El encuentro se llevó a cabo para recabar propuestas de cara a la formulación del Plan de Acción o Plan Estratégico que está en fase de elaboración por parte del equipo técnico de la Reserva.
En la reunión, se plantearon los problemas que tiene el territorio, como la despoblación, y las dificultades que se presentan para generar actividades económicas que puedan ayudar a fijar o atraer población, como trabas burocráticas, límites legales y administrativos, tasas e impuestos, o limitaciones por la legislación medioambiental. La jornada sirvió para recabar una serie de propuestas relacionadas con el apoyo que la Reserva puede suponer para las actividades productivas (ganadería, turismo, etc.) en el sentido de facilitar y canalizar solicitudes y trámites de permisos.