Mejor que Tinder

30/05/2019
 Actualizado a 19/09/2019
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Cada oveja con su pareja y para tal efecto en la era digital en la que vivimos las aplicaciones móviles triunfan. En todo esto Tinder, la aplicación para encontrar a tu pareja, ideal o no, es la reina en los dispositivos y quien más o quien menos está en búsqueda de un amor o un tormento con el que consolarse. Aunque en lo digital también nos encontramos con los pactómetros televisivos y por supuesto en internet dispuestos a enlazar la pareja electoral ideal y son trío mucho mejor se lo van a pasar en un éxtasis y frenesí jamás visto antes. A ver quien se baja antes los pantalones, si yo me pongo encima o tu te dedicas a limpiar la casa de porquería. La pareja ideal no existe y esto lo sabemos todos, es cuestión de ver si se adaptan mejor o peor. Hay quien prefiere la relación monógama, pero un trío en plan trenecito da para mucho juego, claro que ahora vendrá la disputa para ver quien es el maquinista en un viaje de cuatro años que parece ser de lo más pertubador. Encontrar pareja no es fácil y menos si los gustos no casan y si son las ideas mucho menos, pero siempre hay un roto para un descosido y si no funciona a buscarse otra, ya da igual la fidelidad, porque precisamente fieles lo que se dice como tal ya hemos visto las camisas, van que vuelan, rojas, azules, verdes o moradas y será mejor usar el círculo cromático para casar colores complementarios e incluso opuestos para crear una paleta de color apta para todos los públicos, a pesar de ser esto una labor que presenta bastante desdén. Si es que de rarezas está plagado el mundo, como la mezcla de un tigre y un león, de resultado obtenemos un ligrón, que de poco sirve salvo para mostrarlo en un circo en época veraniega y en las fiestas de los pueblos para entretener al personal. Más allá el leopón, que obtenemos con un leopardo y un león, aunque no sabemos muy bien con que fin. En los juegos del amor todo vale y el despiste una gran baza, no se llevan a dar cuenta que nos gustamos y se vayan a enfadar, mejor lo hacemos público una vez enrollados y no haya vuelta atrás, no vaya a ser que alguien se ponga celoso y arremeta dejándose llevar por el despecho. Pronósticos, elucubraciones y mucha tecnología es lo que nos espera en un intento por encajar coaliciones, pactos y algún que otro menester de última hora. No pierdan el tiempo los próximos meses con el Tinder y déjense llevar por el mayor culebrón de nuestros cuarenta años de democracia, que está en juego un ‘puestecito’ en un sillón de alta alcurnia.
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