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Mejor en solitario

14/07/2019
 Actualizado a 16/09/2019
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Hay gente afecta al PSOE –con afiliación o sin ella– que no entiende el por qué de incluir en el equipo de gobierno del Ayuntamiento de León al único representante de Podemos. El propósito de José Antonio Diez, que, fechas atrás, mostraba su deseo de presidir el Consistorio, en solitario, con sus nueve concejales, se ha venido abajo. De golpe y porrazo. La nueva estrategia del alcalde se les escapa, incluso, a muchos moderados del partido. Y a los neutros.

Además, ni a corto, ni a medio plazo le garantiza sacar adelante los asuntos en el salón plenario de San Marcelo, salvo que la Unión del Pueblo Leonés apoye por sistema las iniciativas socialistas. Que tampoco se espera. Y en este sentido, López Sendino, el líder municipal del la bandera púrpura, ha venido anunciado que amparará aquello que considere positivo para la ciudad, llegue de donde llegue la propuesta. Es su libertad por ejercer en la oposición, a sabiendas de que los maridajes que la UPL ha llevado a cabo en la Casa Consistorial no han tenido, nunca, el resultado esperado. En 2003 consiguió cinco representantes y pactó con el PSOE. Les salió rana por diferentes motivos. En 2007, tres y volvió a pactar con los socialistas. Tampoco ayudó a la expansión del partido. En 2011, dos ediles –y reñidos entre ellos–, y en 2015, uno. Esta es la historia reciente. A la baja. Eso sí, se han recuperado en 2019.

Y otra de las razones que desajusta la voluntad de Diez, se centra en que los socialistas comprometidos, los fieles, aquellos que, sin pedir nada a cambio, se han dejado la piel por las siglas de la rosa, ven a la formación de Pablo Iglesias como uno de los adversarios –en ciertos ambientes hasta el enemigo– a batir. Podemos –tampoco es nuevo– les quiere suplantar en la primera línea política. Desde su alumbramiento. La organización podemita busca como sea apropiarse del espacio de la izquierda. Y a poco que se le presentara la oportunidad, explosionaría el misil, que es, en sí misma, la ‘penitencial’ amoratada. Este es el objetivo de ese comunismo revestido de democracia, como sustitutivo de un progresismo moderado y centenario. Lo razonable, por lo tanto, es gobernar de la forma primaria que estaba anunciada. Y lo demás, gaitas.

De modo, que Diez, a pesar de sus buenas intenciones, debería cambiar el paso. Darle pólvora a Podemos no es lo más aconsejable con la vista puesta en un futuro próximo, que es el primer objetivo a consolidar. Por otra parte, la línea de alta tensión la va a tener en Ciudadanos, en Gemma Villarroel y el trío que le acompaña. Esos sí que tienen peligro. Son impredecibles. Pueden cambiar de opinión en cualquier momento. Y los antecedentes lo atestiguan. Es lo que hay.
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