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Mejor en broma

16/10/2017
 Actualizado a 15/09/2019
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Guardo como oro en paño el Especial Ganadería de La Crónica 16 del viernes 21 de noviembre de 1997. En la última página se ve una imagen de una ternerita que mira atenta a la cámara igual que el jatín arriba firmante, que entonces sumaba 11 años. Habíamos ido, como tantas veces, con las vacas de mis abuelos, de raza parda alpina, al Mercado de Ganados de León. La foto es de Secundino Pérez y el texto de J.J. Porras que hoy son compañeros de profesión.

Por entonces todavía no se me había despertado la vocación periodística, pero sí la humorística y ya me pasaba gran parte del día con el chiste en la boca y la broma en la cabeza. No sé si hay algún nexo, pero andando el tiempo he terminado trabajando en un suplemento semanal de campo y escribiendo en verano contraportadas satíricas sobre temas de la provincia. Una de las pseudonoticias de estas contras titulada ‘Pánico en el medio rural ante el fin del verano y la marcha de los hijos del pueblo y los veraneantes’ se hizo viral y por ahí anda rulando por la nube mi sorpresa, pues fue una de esas cosas que se escriben a tragalaperra porque no se te ha ocurrido nada antes y el señor del cierre ya te amenaza con amputaciones varias. Es decir, una de esas cosas que se escriben desde las visceras, sin trucos.

La mencionó el secretario general de Ugal-UPA, Matías Llorente, cuando el pasado 3 de septiembre el sindicato agrario me consideró merecedor de un reconocimiento en la XXXV Fiesta Campesina. En la placa de una espléndida figura de Guzmán del Bueno se puede leer «por contribuir a la divulgación e información sobre el medio rural, agricultura y ganadería». Es decir, este premio que tantísima ilusión me hace y que agradeceré siempre me llegaba en buena parte por algo que había escrito para hacer una coña. Ya me lo decía la Tía Erótida, en una sentencia de cosecha ajena, «la mejor forma de hablar de las cosas serias es hacerlo en broma». Tal cual.
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