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Medios de comunicación y confianza

26/01/2021
 Actualizado a 26/01/2021
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El informe publicado por la Universidad de Oxford, publicado por el ‘Instituto Reuters para el estudio del periodismo’, ha obtenido el resultado previsible: los medios de comunicación de España son los menos creíbles de los once países consultados en Europa y los segundos menos creíbles de los doce estudiados de todo el mundo.

Los medios analizados son los de Estados Unidos, Gran Bretaña, Alemania, Francia, España, Italia, Irlanda, Dinamarca, Finlandia, Brasil, Japón y Australia y se ha hecho sobre una muestra de más de dos mil ciudadanos en el caso de España, recoge el sitio web de la FeSP. Estos medios tradicionales son los menos creíbles de los once países consultados en Europa y los segundos menos creíbles de los doce estudiados de todo el mundo.

Los españoles muestran un interés alto por las noticias y demuestran con sus opiniones sobre los medios que su confianza ha bajado notablemente porque no utilizan fuentes adecuadas y no se ajustan correctamente en ofrecer las noticias de forma objetiva e independiente, libre de las ataduras políticas que suelen mostrar de forma casi descarada remando a favor del viento influyente que sopla según el momento.

Sólo el 34 % de la ciudadanía española confía en la mayoría de noticias publicadas en los medios.

España está muy lejos de Finlandia, donde los medios gozan de la confianza del 68 % de su población; seguida de Brasil (62 %), Alemania (60 %), Dinamarca (57 %), Reino Unido (51 %), Irlanda (48 %), Japón (46 %), Australia , Francia (38 %) e Italia (35 %). Por debajo de España solo queda Estados Unidos (32 %) (39 %), Francia (38 %) e Italia (35 %). Por debajo de España solo queda Estados Unidos (32 %).

Todo se agrava cuando hay una referencia a la confianza que tienen los españoles en los medios de consulta habitual con el 46% y nos coloca en la cola mundial, lo cual es muy lamentable.

Como lectores, oyentes y críticos de la realidad podemos ofrecer lo que nosotros padecemos, sentimos y venimos concluyendo antes de este informe que, como siempre, nos tiene que ofrecer el mundo anglosajón.

El mal endémico está muy enquistado porque los medios se dejan influir de forma notable por su inclinación a servir de altavoz del inquilino político que se haga cargo del sillón del poder en lugar de controlar, criticar con libertad e independencia aquellos aspectos de la vida del país que se aparten de los objetivos comunes de la ciudadanía.

Los propios profesionales del medio con una adecuada formación se ven abocados a mantener su puesto de trabajo ejercitando equilibrios porque depende de si lo que escribe contenta o no al poderoso de turno, que es el que reparte la publicidad y las subvenciones que permiten la subsistencia del medio que le proporciona la posibilidad de desarrollar su profesión.

Pocos medios se salvan de la quema y tienen que subsistir a pesar de boicots importantes, manteniendo el estandarte de la libertad de información y de opinión ante los poderes de todo tipo, porque los métodos que se aproximan a la censura son demasiado sofisticados y sibilinos.

El espectáculo lamentable de interferir las noticias serias en directo mediante programas que no tienen nada que ver con la información y sí en cambio crear un entretenimiento deteriorado y frívolo, así como de retorcimiento de la vida ciudadana.

Naturalmente que la palma se la lleva el medio audiovisual que debería ser más concluyente en la pedagogía del ciudadano que es la televisión y que en cambio ha derivado hacia un deterioro evidente y crónico debido a intereses sin escrúpulos.

Bienvenido el informe de Oxford si hace que los grupos poderosos que sostienen los medios influyentes se den cuenta que muchos de los ‘clientes’ se van hacia fuentes de información que les informen de verdad porque sólo quedan algunas emisoras de radio y ciertos periódicos que mantienen con honra el pabellón de la verdad objetiva.
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