Medio centenar de personas se suicida cada año en la provincia de León

Los psicólogos recuerdan que se trata de la principal causa de muerte violenta entre menores de 40 años

Alfonso Martínez
11/09/2021
 Actualizado a 11/09/2021
Dispositivo para localizar a la joven que desapareció el pasado mes de mayo en Montejos. | MAURICIO PEÑA
Dispositivo para localizar a la joven que desapareció el pasado mes de mayo en Montejos. | MAURICIO PEÑA
Sara reabrió el pasado mes de agosto el debate sobre la muerte digna después de que decidiese poner fin a su vida y, al mismo tiempo, al sufrimiento que le producía la enfermedad degenerativa que padecía. Viajó a un hotel de Oviedo acompañada por unos amigos, no quiso esperar a la aplicación de la Ley de la Eutanasia y decidió ingerir un producto letal que había conseguido a través de internet.

Pero son medio centenar las personas que deciden su muerte voluntaria cada año en la provincia. Este año ocurrió con el cadáver calcinado que apareció el pasado 20 de mayo en un solar del barrio del Crucero. La investigación policial apuntó a un suicidio y lo mismo sucedió pocos días después con la mujer que desapareció en Montejos y que finalmente apareció junto a las vías del tren a la altura de la localidad de Aldea de la Valdoncina.

Este viernes se celebraba Día Mundial para la Prevención del Suicidio y el Colegio Oficial de Psicología de Castilla y León aprovechó para recordar que se trata de la principal causa de muerte violenta entre los menores de 40 años y que sigue sacudiendo anualmente a medio centenar de leoneses y a más de 200 personas en la comunidad, una cifra que apenas ha registrado variaciones en la última década.

Los expertos insisten en insisten en la necesidad de detección precoz a través de la Atención Primaria. «La prevención y la normalización de las enfermedades o trastornos mentales es la mejor arma para paliar este problema», advierten desde la institución colegial. En el conjunto del país, la cifra de suicidios llega hasta los 3.671 cada año y los expertos estiman que los intentos fallidos alcanzan los 8.000. León, la segunda provincia más poblada de la comunidad, es la que lamenta el mayor número muertes voluntarias.

En la estadística, los casos de suicidio no varían apenas de año en año; de hecho, apenas cambian por provincias. Es una cifra continua y estable que se mantiene en el tiempo. «Las personas que padecen enfermedades mentales, depresiones y los estados de ánimo bajos son similares cada año. Mientras no haya un plan de prevención adecuado, los suicidios serán más o menos los mismos cada año. No conseguimos bajar las cifras, está claro que no estamos poniendo todos los recursos que deberíamos. No son suficientes », explica el vicedecano del Colegio Oficial de Psicología de Castilla y León y coordinador de emergencias, Vicente Martín.

De hecho, en el caso concreto de la provincia de León, los 49 casos contabilizados en 2019 contrastan con los 34 referidos en el año anterior e igualan el dato más elevado de la última década, que se había registrado en 2014. Si echamos la vista más atrás, cabe destacar que la serie histórica del INE arranca en el año 1980 y que el dato más elevado corresponde a 1994, cuando se contabilizaron en la provincia de León un total de 65 muertes voluntarias. Mientras, el más reducido corresponde al primer año de la estadística, con 28.

1.876 casos desde 1980

En definitiva, el acumulado de casos de suicidio que se han producido en la provincia de León desde que existen estadísticas se sitúa en 1.876.

Sin embargo, los datos más recientes corresponden a 2019 y no reflejan aún el impacto de la pandemia y sus consecuencias. «Aunque habrá que esperar para poder analizar la estadística, los datos que manejamos en cuanto a activaciones por autolesiones en menores, intentos autolíticos y suicidios consumados no nos dejan ser optimistas», lamenta el decano de la institución colegial, Jaime Gutiérrez.

Para tratar de cambiar esta realidad y mitigar el número de casos, los expertos abogan por el diseño de un plan integral de prevención de la conducta suicida que incluya implantar servicios especializados en suicidio en Atención Primaria, contando con psicólogos que puedan valorar factores de riesgo desde edades tempranas y en periodos incipientes.

Es preciso destacar finalmente que la importancia de contar con estos servicios especializados se explica por la dificultad de detección por parte de las familias de los pequeños indicios que pueden alertar sobre un suicidio, que en la mayoría de las ocasiones únicamente se interpretan como señales cuando lamentablemente ya ha ocurrido. Los cambios en el comportamiento (ya sean bruscos o paulatinos) o en el aspecto físico, así como problemas en el trabajo, incapacidad para gestionar las emociones o la verbalización de angustia ante la vida son los principales signos de alerta en personas que pueden tener inclinaciones suicidas.
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