Medio Ambiente advierte que no se deben quemar restos de poda para que el Torymus sea efectivo

La Consejería de Fomento y Medio Ambiente ha propuesto unas medidas para la correcta eliminación de la plaga de la avispilla del castaño, detectada desde la primavera de 2017 en la provincia de León. La denominada plaga Drycosmus kuriphilus, conocida como avispilla del castaño, se ha ido extendiendo irremediablemente por toda Europa.

El proceso de control del Torymus sobre la plaga dura entre cuatro y ocho años, tiempo en el que el parasitoide tiene que ir estableciéndose en las zonas de suelta e ir aumentando su población. Por ello, con el fin de que se pueda establecer en la zona y comenzar el control de la plaga, la Consejería de Medio Ambiente advierte de la importancia de no usar ningún tipo de insecticida en un radio de 100 metros desde el lugarde suelta, sobre todo en primavera y principios de verano. Advierten además que desde el momento de la suelta del parasitoide (abril-mayo) y hasta mediados de noviembre no se deberían realizará ninguna poda.

Los restos de poda, tanto hojas como ramas, no se podrán eliminar mediante quema, ni ningún otro método hasta pasadas dos primaveras después de la poda, con el fin de dar tiempo a que todos los Torymus salgan del interior de las agallas.

Siguiendo estas normas, según la Consejería, “es probable que el parasitoide se pueda establecer y reduzca los daños causados por la avispilla aunque nunca los eliminará del todo”. La medida más efectiva para que no llegue la plaga en otras zonas, o al menos se retrase, es la de no llevar la planta de castaño de otras zonas ya que existe un riesgo muy elevado de que estécontaminada con larvas de avispilla que no se ven a simple vista.