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Medievo, territorios y toponimia

26/11/2020
 Actualizado a 26/11/2020
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Un ejercicio interesante es recoger los nombres de poblaciones que adoptaron gentilicios, como gallegos, castellanos, toledanos, etc. En el norte peninsular, en gran parte proceden del medievo. Nos hablan de colectivos que los demás veían como foráneos o que querían diferenciarse del resto por su origen, externo. No tenía sentido que en Galicia un pueblo se denominase ‘Gallegos’. Además, nos permite visualizar los límites que entonces tenían los territorios, ya que en algún caso se intuye el perímetro en que se consideraban extranjeros.

Es el caso de los pueblos denominados ‘Castellanos’. Hay uno, al lado de Sahagún, que nos habla de que este entorno no era considerado Castilla. Hay también en Zamora (1), Salamanca (2), Ávila (2), Madrid (2) y Burgos (2). Esto nos permite ubicar a los castellanos en una franja territorial, entre el Cea y el Pisuerga, que bajaba hasta el Sistema Central. Por lo mismo, no parece que en la Bureba burgalesa fuesen castellanos, ni tampoco al oriente de la misma provincia. En Ávila, solo los de la parte oriental parecen haber sido castellanos, ya que en la occidental les señalaban.

Con los gallegos pasa algo parecido. Hay 2 poblaciones en León (Villagallegos y Gallegos de Curueño), 1 en Asturias, al lado de Oviedo, y 4 en Zamora. En lugares más lejanos, como Salamanca, hay 5, igual que en Ávila. En otras provincias aún más lejanas, incluso mediterráneas, también existe el topónimo. Menos abundantes fueron los repobladores asturianos a la luz de lo que heredamos: quedó un solo pueblo, en Zamora, con tal nombre.

Pero los que hoy son leoneses también dejaron algún rastro. Del territorio bergidense, que recibió el nombre de una ciudad –Bérgida o ‘Bergidum Flavium’ como centro de aquella zona– nos llegaría Bercianos del Páramo, Bercianos del Real Camino o San Pedro de Bercianos. También en la actual Zamora ayudaron a organizar el territorio los bercianos medievales: Bercianos de Valverde, Bercianos de Vidriales y Bercianos de Aliste cosen la cartografía de un territorio que consolidó el último Rey de Oviedo.

La otra vertiente de los leoneses, cuando no existían como tales, era la ‘Terra de Foras’ o ‘Foris montes’ en la documentación medieval. Solo el ascenso del recinto fortificado de León como centro crearía más tarde un territorio denominado igual que la ciudad. Con todo, aquellos hombres bajaron hacia el sur, hacia Zamora, como los bercianos, y dejaron su huella en Faramontanos de Tábara y Faramontanos de la Sierra.

El nomenclátor, como se ve, es fuente de hallazgos sorprendentes, tozudo fedatario y también vacuna contra la desmemoria que algunos promueven sin rubor.
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