Angel Suárez 2024

Más vale llegar a tiempo

22/02/2015
 Actualizado a 19/09/2019
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Han ido desapareciendo la mayoría de aquellos negocios tradicionales que durante generaciones surtieron a los leoneses y ocuparon algún local señero de nuestra ciudad. Es ley de vida que esto suceda, no sólo por las vicisitudes del mercado a lo largo de los años, sino porque las vocaciones y proyectos de los hijos y los nietos no tienen por qué parecerse a los de sus progenitores.

Pero como en todo, hay excepciones. La familia Vidal mantiene su negocio de óptica en Ordoño II desde 1917, a la que vienen dedicándose ya cinco generaciones, si empezamos a contar por el padre de don José Vidal, el iniciador, que le financió el primer local, hasta una de sus tataranietas, que acaba de incorporarse a la empresa. Es ciertamente excepcional que un negocio familiar aguante tantas sucesiones, no sólo sin rupturas, divisiones ni cambios de manos, sino además modernizándose, creciendo y expandiendo fronteras.

Viene a cuento la referencia porque hace poco descubrí, gracias a mi amigo Óscar Hidalgo, que don José Vidal tiene el mérito de haber rodado la primera película de ficción leonesa de la historia.

Corría el año 1927, y Casa Vidal comercializaba el Pathé Baby, entre otros muchos artilugios de óptica y fotografía, cuando a don José le dio por emprender aquella producción. Convenció a una cupletista del café Iris llamada Aicha la Hebrea para que la protagonizara, junto con un enano de nombre Nicolás, que al parecer ayudaba en el negocio familiar y que era enormemente popular en la época, y consiguió que el periodista Carmelo Hernández Moros, Lamparilla, se hiciera cargo del guión, aunque posteriormente éste disculpara su autoría, sin negarla, en una poesía en cuartetos publicada en el Proa.

En la película, el empresario taurino de la plaza ‘Vistatriste’ promete dos corridas al torero leonés ‘El Sarampión’ si consigue matar cuatro terneros en Matueca de Torío. El matador asume el reto y se despide de su novia, la cupletista, en la estación de Matallana. Tras el emotivo adiós aparece en la estación el enano Nicolás, aprovecha la triste soledad de la Hebrea, y termina fundido en un beso con ella.

La película se estrenó en el teatro Alfageme en 1928, peropuede verse en Youtube y en el magnífico blog El León curioso, con tan solo buscarla por su título: ‘Más vale llegar a tiempo’. De modo que tampoco en el asunto del pequeño Nicolás pueden decir en la capital que nos llevan la delantera, en León ya lo tuvimos, igual de fresco y aún más pequeño, en 1928, y podemos probarlo gracias a don José Vidal.
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