Más de ciudad que de pueblo

Las zonas rurales de la provincia siguen desangrándose desde el punto de vista demográfico. Sólo uno de cada cuatro leoneses vive en los municipios con menos de 2.000 habitantes, mientras que algo más de la mitad (un 56%) lo hace en los seis que superan el umbral de los 10.000. Delibes escribió en su día que el confort había llegado a los pueblos cuando en ellos ya no queda nadie para vivir. Y es por ello que resulta muy complicado revertir la tendencia a la baja que la población de las zonas rurales adquirió en la década de los 60. Quizá si ese confort hubiera llegado antes, las administraciones no tendrían que enfrentarse a un problema de primera magnitud que asola ya a más de la mitad de la superficie de nuestro país. Está fuera de toda duda que los vecinos de los pueblos deben recibir unos servicios de calidad. Y para ello es necesario que las administraciones redoblen sus esfuerzosa la hora de mejorarlos. El criterio demográfico debe estar presente en el próximo modelo de financiación autonómica, puesto que sólo con voluntad política real se puede conseguir que los pueblos dejen de ser mayoritariamente lugares de ocio para la población de las ciudades. La llegada de las nuevas tecnologías en perfectas condiciones o una fiscalidad que fomente el asentamiento de población en las zonas rurales son algunas de las cuestiones que deben abordarse para evitar que el vaciamiento de las zonas rurales de nuestros país se consume de manera definitiva.