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Más con menos

21/04/2015
 Actualizado a 15/09/2019
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Se arremolinan los aficionados en la única puerta de acceso a un campo que desprende sabor añejo. En Les Caleyes regresa uno a la Segunda B profunda.

Un recinto vetusto, sin iluminación, con una única y pequeña tribuna sin asientos, con bancadas de cemento donde conviven en armonía hinchas de distintos colores y periodistas, que se filtran entre la masa para hacer su trabajo micrófono en mano. No lo llamen vestuarios, son casetas. Apenas caben los suplentes en los banquillos. Terreno de juego estrecho que separa de la grada una pequeña tapia que esquivan decenas de chavales cuando al descanso del partido son protagonistas. Colas en el ambigú donde seguramente se sirve café de puchero.

Huele a puro, huele a fútbol modesto. La remodelación o construcción de nuevos estadios nos empuja a la modernidad, pero la Segunda B es Villaviciosa, Noja, Astorga y, por supuesto, el País Vasco. Como olvidar Arlonagusía, en Lemona, y su ropa tendida.

La conjura de la Cultural para una rápida adaptación al medio se fue al garete; las circunstancias le borraron del partido. Un gol en contra, dos nuevas lesiones o la sangre manando a borbotones de la cara de Aketxe le dejaron k.o. hasta el punto de poder ser goleado.

Otra primera parte para el olvido y van muchas en las últimas jornadas, pero el equipo hizo de tripas corazón. Como si ver de cerca a Aketxe les hubiera sacado del trance, la Cultural del segundo acto fue intensa y merecedora de más. El árbitro de rigor le echó una mano al cuello. Es la Cultural de las dos caras.

La Copa sigue estando en su mano, pero pierde más futbolistas por el camino. El último, Peláez. No veremos más en este curso al “mago”. Podría ocurrir lo mismo con Rubén. Y Aketxe nos tiene en vilo. La heridade las lesiones sigue abierta en la Cultural. ¿Se puede hacer más con menos?
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