Marta del Riego: "Berlín es la única capital europea donde los artistas acuden a crear"

La escritora leonesa presenta una guía literaria sobre la ciudad, que forma parte de un extenso proyecto editorial

J.R.
19/12/2019
 Actualizado a 19/12/2019
La autora, la portada de la publicación y una ilustración. | TINTA BLANCA / JORGE ARRANZ
La autora, la portada de la publicación y una ilustración. | TINTA BLANCA / JORGE ARRANZ
La periodista y escritora bañezana, además de columnista de La Nueva Crónica, Marta del Riego, es la autora de una guía literaria sobre Berlín que este martes ha sido presentada en la librería madrileña Amapolas en octubre, donde la autora estuvo acompañada por el también periodista leonés Carlos de Vega. La guía cuenta igualmente con unas espléndidas ilustraciones de Jorge Arranz, conocido por sus pósters del Madrid de los 90. Del Riego explica que Tinta Blanca, la editorial de reciente aparición responsable del proyecto, buscaba escritores para crear unas guías de viajes que se alejaran del modelo habitual, que fueran ‘guías de autor’ en las que en lugar de dar un mero listado de nombres de lugares para visitar ofrecieran un punto de vista personal y literario del autor.

"A través de un amigo que contó a los responsables de la editorial que yo había vivido cerca de cinco años en Berlín se pusieron en contacto conmigo porque en realidad buscaban autores que tuvieran vivencias personales en esas ciudades", comenta la escritora bañezana, cuya guía sigue la estela de otras ya publicadas como las correspondientes a Nueva York a cargo de Mariano López García con ilustraciones de Miguel Ángel Berges; Roma, de la que es autora Mercedes Cebrián y que cuenta con ilustraciones de Miguel Herranz; París, escrita por Use Lahoz e ilustrada por Blanca Lacasa; Londres, con textos de la leonesa Raquel Peláez e ilustraciones de Imma Serrano; Madrid, que lleva la firma de Carlos Aganzo y está ilustrada por Ximena Maier, y Úbeda, escrita por Manuel Mateo Pérez con ilustraciones de Paco Montañés.

Jorge Arranz fue el primero que aprobó mi guía y sobre eso se inspiró para hacer las ilustracionesMarta del Riego recuerda que después de terminar la carrera se fue a la aventura a Londres y finalizada su estancia en la capital británica en lugar de emprender el regreso a casa optó por trasladarse a Bremen, una ciudad que no le brindó demasiadas oportunidades de trabajo, por lo que decidió al cabo de unos meses poner rumbo a Berlín, una gran urbe que sí alimentó todas sus expectativas. "En Alemania el idioma es muy importante, así que me puse las pilas respecto al alemán y empecé a trabajar como ‘freelance’ para medios españoles escribiendo principalmente sobre cultura", recuerda Del Riego, pasando más tarde a colaborar en la emisora Multikulti, "una radio estatal muy cool que por desgracia ya cerró pero que durante muchos años contó todo lo que sucedía en Berlín y tenía además en plantilla a gente procedente de diferentes países, de ahí precisamente el nombre de Multikulti", sostiene la autora, que residió de continuo en la capital alemana cerca de cinco años, volviendo siempre que puede y los compromisos familiares se lo permiten. "Eso sí, lo que recomiendo a todo el mundo que va a Berlín es que alquile una bicicleta, que lo puede hacer en cualquier sitio, porque la ciudad está hecha para ir en bici", señala Del Riego, aunque sea desafiando los rigores del invierno.


El libro de viaje está dividido en diez capítulos que obedecen a los epígrafes ‘Berlín en construcción’, ‘Ostalgie, nostalgia del Este’, ‘El bosque infinito’, ‘Mitte, el antiguo barrio judío’, ‘Ciudad proletaria’, ‘¡Peligro arte!’, ‘David Bowie en el salvaje Oeste’, ‘Ciudad Multikulti’, ‘Soy berlinesa, gracias a Dios’ y ‘Huir de Berlín: Postdam’. "La editorial nos dejó plena libertad para contar la ciudad, poniendo solo como condición que no lo hiciéramos en primera persona. Uno de los capítulos está dedicado a David Bowie, que vivió dos años en Berlín y ahí creó su famosa ‘trilogía’ sobre la ciudad. A través de su experiencia en la capital alemana cuento cómo era el Berlín del Oeste de aquella época, que he titulado ‘el salvaje Oeste’ porque el Estado alemán promocionaba y subvencionaba a los artistas que fueran a vivir allí porque era como el escaparate del Oeste en mitad de un país comunista"», argumenta Del Riego, que destaca "era una ciudad barata, pobre y convertida en polo de atracción para los jóvenes europeos". También hay un capítulo dedicado al antiguo barrio judío de Mitte. "Todo lo relacionado con los judíos me apasiona. Mi novela anterior, ‘Mi nombre es Sena’, que transcurre en Berlín, tiene también mucho que ver con el mundo judío. De hecho, cuando vivía en Londres estuve de ‘au pair’ en una familia judía ortodoxa. Digamos que conozco muy bien cómo funcionan los judíos por dentro y Mitte, el barrio judío de Berlín, es ahora mismo el epicentro del turismo, de las nuevas tiendas que se abren, de los restaurantes más cool. Aparte de eso, es bonito porque vas viendo el cementerio judío, está la gran sinagoga, que ha sido reconstruida porque la primitiva la quemaron los nazis, y recuerdo haber hecho para El País Semanal hace años un reportaje sobre el Berlín judío, que me lo empollé de arriba abajo y hablé con un montón de judíos que habían nacido en Israel y habían vuelto a la ciudad de sus abuelos".

Preguntada si todavía hay mucha diferencia entre las dos ciudades que durante años estuvieron separadas por el muro, Marta del Riego asegura que "la zona más cool en la actualidad está en lo que antes era el Berlín Este, pero si te alejas un poco del centro todos esos barrios que construyeron los comunistas cuentan con miles y miles de viviendas exactamente iguales. Había dos patrones de viviendas, la A y la B dependiendo de que fueran para familias con dos o con tres hijos, y eran todas iguales. Hay una uniformidad que es de locura y en la actualidad existen una serie de tours que te llevan a los hitos de la época comunista", señala la autora bañezana, que tampoco quiere pasar por alto la magnitud de la emblemática plaza de Alexander Platz "que te hace sentir un ser insignificante".

Los paisajes de Berlín de esa época tienen la característica de su cielo negro por el humo de las fábricasLo que nadie pone en duda es la gran actividad artística y cultural que existe en la capital alemana. "Desde luego, Berlín es la única ciudad que merece la pena culturalmente porque siempre propone cosas nuevas y diferentes, que atrae a artistas de todo el mundo, porque a pesar de que ha subido el precio de la vivienda sigue siendo barata si lo comparamos con cualquier otra capital europea. La actividad escénica es apabullante. Hay más de cien teatros y tres palacios de la ópera, sin olvidar la Isla de los Museos –declarada Patrimonio de la Humanidad– que está constantemente renovando sus contenidos", destaca Del Riego, a la que le resulta igual de interesante toda esa oferta ‘underground’ que hace de Berlín una ciudad especial. "Ahora mismo es la única capital europea donde los artistas acuden a crear, no van a vender o a exponer, que también, pero sobre todo abundan estudios, talleres, grupos alternativos, una ciudad viva".

Marta del Riego se muestra encantada con el trabajo realizado por el ilustrador Jorge Arranz para su guía berlinesa. "Jorge es un ilustrador clásico sobre todo de Madrid. En los años 90 hizo postales y pósters muy famosos de lugares de Madrid como la Gran Vía o la Puerta de Alcalá. Es como muy emblemático. Trabajé muy agusto con él porque le mandé un sumario de lo que me imaginaba que podía ser el libro, incluso le mandé fotos de lo que tenía en mente, y él no solo fue muy receptivo a esas ideas sino que se fue a Berlín porque no lo conocía. Digamos que Jorge Arranz fue el primero que aprobó mi guía y sobre eso se inspiró para hacer las ilustraciones", recuerda la periodista y escritora leonesa, que quiere destacar igualmente la vertiente más proletaria de la ciudad. "Berlín era una ciudad eminentemente obrera, porque había muchísimas fábricas. En el siglo XIX, coincidiendo con la segunda revolución industrial, Berlín se llenó de fábricas y se convirtió en la capital alemana de la industrialización. Las fábricas inundaban el cielo de humo y los paisajes que hay en Berlín de esa época, si vas a la Isla de los Museos, tienen la característica de su cielo negro porque estaba lleno del humo de las chimeneas. Todavía queda alguna fábrica en pie, vestigios, y eso tiene todavía como un punto muy interesante", reconoce la bañezana, para quien la guía obedece a «una idea romántica porque se trata de un libro-regalo que cuenta con una encuadernación entelada, ilustraciones en lugar de fotografías, y algunas páginas en blanco para que el visitante tome sus apuntes y se convierta en una especie de cuaderno de bitácora», concluye.
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