Marian y el de prácticas

Afinales de los noventa y por ocultas razones que en su momento no pude descifrar,todo alumno de primero de Periodismo tenía que realizar prácticas en algún medio de comunicación, preferiblemente en su ciudad de origen y durante los meses de verano. Aunque esta costumbre no estuviera escrita en ningún ordenamiento universitario, con el tiempo acabó convirtiéndose en el punto primero de un decálogo imaginario para futuros ‘junta letras’.

En mi caso, aquel aprendizaje estival tuvo a una mujer por mentora, Marian García Fernández, una de las periodistas que mejor conocen la historia reciente de la minería leonesa y que en 1996 era redactora en la sección de Economía de un periódico que se imprimía junto a la plaza de Toros. Allí, a escasos metros de la vieja rotativa, tuve asignado mi primer puesto de trabajo entre pantallas con letras verdes, densas nubes de tabaco y continuos teletipos. En esa época no había internet, ni teléfonos móviles, así que las instrucciones que me dictaba Marian a media mañana debía convertirlas en noticia a última hora de la tarde. He tirado de hemeroteca para releer mis primeras piezas impresas y me he visto atrapado en una extraña sensación de nostalgia y cierta vergüenza. Por ejemplo, viernes doce de julio de 1996, mi primera entrevista a cinco columnas titulada: ‘La clave está en trabajar despacio pero seguros’. Con esta grandilocuente exclusiva me respondía el presidente de los jóvenes empresarios quien hoy, por cierto, dirige el departamento comercial de un diario canario. Otra noticia de impacto, ‘Más venta que compra en la economía’, me pregunto cuántos chavales en prácticas habremos titulado de la misma manera, verano tras verano. Una más que demuestra lo cerca que estuve del reporterismo bélico: ‘La guerra del tabaco estalla en León’. Y esta otra que se la presto gustosamente al nuevo presidente de la Diputación Provincial por si quiere filtrarla mañana a los medios locales, seguro que pican: ‘El turismo que viene mira a la Montaña’.

Me asombro al comprobar como alguna de mis primeras informaciones ya forma parte de los libros de historia: ‘El servicio militar desgravará en el IRPF’. Y para no aburrir más a mis lectores concluyo con una de lo más premonitoria, averiguen si me refiero a la inminente llegada del euro o a la enésima crisis en el bolsillo de los españoles: ‘Menos peso en el monedero’.

Termino esta columna agradeciendo a esos paisanos de la prensa leonesa que me acogieron con una simple sonrisa aquel mes de julio, el primero que recuerdo en esta ingrata pero adictiva profesión. Y ahora Jota, si quiere, que cambie el titular porque me parece que le va a dar igual....