María Casares: "Las redes han contribuido a la polarización de la sociedad"

La bailarina y coreógrafa leonesa ha obtenido el primer premio del Programa Arte Joven: Jóvenes Artistas en Castilla y León 2019/20’ en la modalidad de artes escénicas y cinematografía por el montaje ‘Dado’, que reflexiona sobre la capacidad de crear realidades virtuales que hoy en día todos tenemos al alcance de la mano

Joaquín Revuelta
18/11/2020
 Actualizado a 18/11/2020
Las nuevas tecnologías están muy presentes en un montaje que aúna vídeo, danza y performance. | JUAN LUIS GARCÍA
Las nuevas tecnologías están muy presentes en un montaje que aúna vídeo, danza y performance. | JUAN LUIS GARCÍA
El Programa Arte Joven: Jóvenes Artistas en Castilla y León 2019/20 que convoca la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades de la Junta de Castilla y León ha distinguido con el primer premio en la modalidad de Artes Escénicas y Cinematografía al montaje ‘Dado’, una creación de la bailarina y coreógrafa leonesa María Casares en colaboración con la artista multidisciplinar y performer salmantina Alba González, que tuvo su estreno el pasado 19 de septiembre en el Teatro El Albéitar. La cuantía económica del premio asciende a 2.500 euros y la entrega del mismo ha tenido lugar el pasado 14 de noviembre.

‘Dado’ es un proyecto que se desarrolla paralelamente al de la coreógrafa israelí afincada en Viena, Daphna Horenczyk, con el título ‘Diorama’. Ambos investigan sobre la relevancia de las artes escénicas vivas en la era de las redes sociales, profundizando en diferentes etapas del proceso de transformación de la realidad a través de internet. Ambos proyectos complementarios reflexionan sobre la capacidad de crear realidades virtuales, con mayor o menor correspondencia con la realidad, que hoy en día tenemos todos nosotros al alcance de la mano.

Sobre ‘Dado’ su principal responsable, la leonesa María Casares, explica que más que transmitir un mensaje lo que realmente pretende es «explorar la distancia entre lo que pasa y la realidad que se va creando, que se va distanciando cada vez más de lo que realmente pasa, algo de lo que tampoco tenemos plena constancia. La idea era  jugar en ese espacio de distancia entre una realidad y la otra, en la relación entre nuestra pieza y la original que copiamos, que en este caso sí que podríamos comprobar la distancia porque esa realidad que copiamos está grabada pero nuestra actualidad no la hemos visto, nos la imaginamos a partir de las redes y la recreamos. La obra no tiene un mensaje a modo de moraleja sino que jugamos en ese espacio de recreación en el que hay tantas versiones posibles», sostiene Casares.La génesis de este montaje escénico que aúna danza, videocreación y performance surgió a raíz de la conversación que la bailarina y coreógrafa leonesa mantuvo con su homóloga israelí Daphna Horenczyk y al que más tarde se sumaría la artista salmantina Alba González. «La idea surgió de una conversación en torno a una pieza que Daphna Horenczyk quería crear, en la que la gente pudiera ver un espectáculo en escena y en el móvil y que hubiera realmente distancia entre lo que se ve en un sitio y en el otro. Hablando con ella le dije: yo quiero que me engañes y que me dejes ver solo lo del móvil, la versión virtual, e imaginarme qué es lo que pasa, y si me has engañado bien lo que yo reconstruya será muy diferente de lo que en realidad pasó. Ella y yo nos pusimos a trabajar independientemente en nuestros respectivos proyectos a nivel teórico, hicimos nuestras solicitudes de apoyo y empezamos a crear la pieza, yo como segundo eslabón», recuerda la leonesa, a cuya cadena terminó uniéndose la salmantina Alba González. «Cuando vi su propuesta, que involucraba un montón de objetos, un montón de historias y un montón de cosas me dije: yo no puedo recrearlo sola y le propuse trabajar conmigo. Alba ha aportado muchísimo al proyecto porque es una persona que tiene mucha creatividad y resuelve muy bien».María Casares reconoce que cuando se plantearon el montaje hace dos años no habían reparado en el papel que juegan las personas que diseñan la manera en que nosotros a través de internet vemos el mundo, la gente que diseña facebook, instagram, por las que ahora circula la información y que ha provocado que las personas se vayan uniendo en torno a aquellas que piensan de igual manera y que es lo que las redes sociales nos enseñan. «Te enseñan lo que quieres ver en función de lo que tú publicas. La gente cada vez se va separando más y uniendo en torno a lo que cree que es la única opción, la única versión de los hechos», destaca la artista leonesa, que considera que el arte y la cultura nos puede regalar ese espacio o forzarnos a tomar tiempo para intentar procesar esta situación tan cambiante.La bailarina y coreógrafa leonesa espera que la concesión de este premio dé mayor impulso a un espectáculo que hasta ahora tan solo ha podido verse en Madrid, en el marco de las V Jornadas Escénicas Injuve en octubre del pasado año, y en septiembre de este año en el Teatro El Albéitar de la ULE. Especialmente vinculada al ámbito universitario desde los tiempos en que formó parte del Coro Universitario, María Casares reconoce haber encontrado siempre el apoyo de la Universidad a todos sus proyectos. «Recuerdo hablar con Pepe Tabernero cuando hice la solicitud al Injuve hace mucho tiempo para pedirle apoyo en tal caso de que me dieran la ayuda, como así sucedió, y eso fue antes de ‘Adiemus’, que se pudo llevar a cabo tras hablar con Aitor Olivares. Esa relación con la Universidad se va construyendo porque hace dos años no había hecho nada con ellos y ahora que estoy en León cuando quiero sacar adelante los proyectos pregunto a la gente que está dispuesta a colaborar».

María Casares, que ha tenido ocasión de formarse en Europa y conoce bien la realidad cultural del viejo continente, confiesa que la actual situación obliga a apostar por lo local dada la imposibilidad de moverse en otros ámbitos y que en León ha sido muy bien acogida. «Ahora estoy trabajando en un nuevo proyecto en Espacio Vías con una convocatoria que hubo durante el confinamiento. Mi experiencia personal es que aquí estoy encontrando apoyos. Cuando regresé pensaba que me iba a encontrar el vacío, pero lejos de eso he visto cómo los proyectos han visto la luz y en ese sentido me considero afortunada».  

Sobre el espectáculo que en próximas fechas se va a presentar en Espacio Vías, Casares avanza que lleva por título ‘Fracasitos, pero el dinero es bonito’ y supone una colaboración con Pilar Cañas, la guitarrista del grupo musical Pure. «La base se encuentra en el trabajo de una plataforma virtual que ha categorizado veintiséis tipos diferentes de fracaso, entre los que se incluyen accidente, método incorrecto, duda o miedo, y a partir de esta lista lo que hacemos es investigar, lo que nos llevó a conectar con un libro de Remedios Zafra titulado ‘El entusiasmo’ sobre precariedad y trabajo creativo en la era digital. La idea es poder estrenar a finales de noviembre en Espacio Vías, pero lógicamente todo dependerá de cómo evolucione la situación sanitaria. Nosotros seguiremos trabajando hasta el último minuto y mostraremos lo que tengamos en ese momento», concluye Casares.            
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