Marcos Martínez buscaba jefe de prensa y tanteó a las de Francisco Granados y Esperanza Aguirre

Obsesionado por mantener su poder en el PP leonés y el sillón presidencial del Palacio de los Guzmanes, quería alguien que mejorase su imagen en los medios

Susana Martín
12/08/2015
 Actualizado a 09/09/2019
Marcos Martínez Barazón, en una entrevista como presidente de la Diputación, días antes de ser detenido e imputado en la trama Púnica. | DANIEL MARTÍN
Marcos Martínez Barazón, en una entrevista como presidente de la Diputación, días antes de ser detenido e imputado en la trama Púnica. | DANIEL MARTÍN
Tras ser durante años la ‘sombra’ de Isabel Carrasco, en apenas tres meses en el cargo Marcos Martínez Barazón le cogió el gusto a la presidencia de la Diputación y comenzó a hacer gestiones para intentar a toda costa afianzar su supuesto poder en el seno del Partido Popular de León e intentar a toda costa optar a ser candidato a la presidencia de la institución provincial, un cargo que ‘heredó’ a finales de mayo del año pasado, tras el asesinato a tiros de su predecesora.

Según revela el sumario del caso Púnica, Martínez Barazón quería conservar su poder en el PP leonés y perpetuarse en la presidencia del Palacio de los Guzmanes. Quizás para ello estrechó su relación con un viejo conocido de Isabel Carrasco, el empresario valenciano Alejandro de Pedro, que desde 2012 facturaba más de 3.000 euros mensuales a la institución provincial para mejorar la reputación online de la presidenta, una relación que no recogía ningún contrato.

Además, en su empeño por la imagen y por los medios de comunicación, hace justo un año habría comenzado el empeño de Martínez Barazón por contratar a un director de comunicación que le asesorara en temas de campaña y prensa, preferiblemente mujer, según consta en las conversaciones grabadas por los investigadores que seguían los pasos del ‘conseguidor’ De Pedro.

Marcos Martínez dice a De Pedro en una de sus conversaciones interceptadas por la UCO que él sabe hacer su trabajo pero lo que no sabe es «hablar de política» Pese a que el equipo de gobierno de la Diputación contaba con dos periodistas –dos cargos de confianza–, hacía tiempo que Carrasco, por unas razones o por otras, había despedido al último de los distintos jefes de gabinete contratados para dirigir las labores de comunicación de la presidencia. Así que Barazón, que al parecer se ‘fiaba’ de pocas personas de su equipo y también hizo varios cambios, se fijó como objetivo la contratación de una directora de comunicación a la que estaba dispuesto a pagar hasta 45.000 euros anuales –del erario público–, aunque la búsqueda resultó infructuosa porque a Barazón no le gustaba ninguna de las candidatas leonesas y aspiraba quizá a «algo más», de aquí que llegara a barajar con sus interlocutores la posibilidad de fichar a las directoras de comunicación de Francisco Granados –en prisión por el mismo caso– o de la todavía presidenta del PP madrileño, Esperanza Aguirre. Sus asesores en esta búsqueda eran Alejandro de Pedro y José Nevado, un experto en comunicación que fue responsable de varios gabinetes con gobiernos andaluces socialistas.

Así, el sumario del caso Púnica deja claras algunas intenciones de Marcos Martínez Barazón, el expresidente de la Diputación, imputado por seis presuntos delitos en una de las tramas de corrupción más grandes de la historia de este país. Según recogen varios de los 60 tomos del caso que instruye el juez Eloy Velasco en la Audiencia Nacional, se sirvió de Alejandro de Pedro para intentar conseguir sus objetivos, la persona que llevaba tiempo intentando mejorar su reputación en las redes, como ya había hecho con Carrasco, a través de facturas mensuales que pasaba por Contratación la empresa Madiva.

"Le conocía de Carrasco"


El objetivo del expresidente Martínez Barazón era mantener su poder en  el PP leonés y poder optar  a presidir la Diputación «Yo a Alejandro de Pedro le conocía a través de la anterior presidenta, que era quien tenía tratos con él», se apresuró a decir Barazón el 15 de diciembre, cuando tras pasar 43 días entre rejas regresó a la Diputación y compareció ante los medios de comunicación un tanto eufórico. «Yo hablé con De Pedro simplemente con la intención de mejorar el turismo de esta provincia, pero no he firmado ningún tipo de contrato con este señor».

Unas declaraciones que contrastan con muchas de las conversaciones que recoge el sumario de Púnica. La UCO de la Guardia Civil tenía intervenidas todas las comunicaciones de Alejandro de Pedro, por lo que ha quedado constancia de las conversaciones que mantuvo con el expresidente de la Diputación, a quien se refería siempre, en conversaciones con él o con otros, como ‘Marcos’ o ‘Marquitos’.

Martínez Barazón habría puesto en marcha varios procedimientos negociados de contratación vinculados a la estación de San Isidro en los que únicamente fueron invitadas empresas vinculadas a De Pedro, según el magistrado que instruye el caso. «Tenemos cuatro años por delante para hacer la de dios», le dijo Barazón a De Pedro en una ocasión, «ya lo sacaríamos de manera que pudiéramos adjudicároslas a vosotros».

A finales de septiembre,  Barazón estaba empeñado en encontrar una directora  de comunicación, no de León Barazón pretendía también tener participación en alguna de las empresas que resultarían adjudicatarias de los concursos, según declaró ante el juez otro de los imputados en la trama, Francisco Eduardo Ruiz Valenzuela ‘Eduardo’, que declaró que «De Pedro le indicó que iba a formar una sociedad con el presidente de la Diputación, mediante la cual querían participar en la gestión de dos de las tres las cafeterías localizadas en San Isidro, y que del total de los beneficios se querían llevar mediante esa sociedad un 75%».

«Esa parte la tenemos que hacer con la sociedad que ha comentado, que comenta éste, que comenta marcos, y ya está», dice De Pedro en otra conversación con su socio José Antonio Alonso Conesa. Después, al declarar ante el juez, De Pedro negó que Barazón hubiera exigido compartir beneficios en una sociedad conjunta: «Lo dije por decir».
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