Mar Sancho: "No quiero perder esa capacidad de asombro"

La autora regresa a León para presentar en la Biblioteca Municipal Padre Isla su último poemario, 'Entre trenes', que ha editado con el sello Eolas

J.R.
11/12/2019
 Actualizado a 12/12/2019
Mar Sancho con un célebre cuadro de Rubens al fondo en una visita al Museo de León. | ICAL
Mar Sancho con un célebre cuadro de Rubens al fondo en una visita al Museo de León. | ICAL
En los últimos cuatro años Mar Sancho desempeñó el cargo de directora general de Políticas Culturales de la Junta de Castilla y León, que propició que acudiera a León en numerosas ocasiones para representar al Gobierno autonómico en temas relacionados con el arte, la cultura o el patrimonio. Este jueves regresa en su condición de poeta y escritora para presentar, a partir de las 19:30 horas en la Biblioteca Municipal Padre Isla, su más reciente poemario, 'Entre trenes', que ha publicado con la editorial leonesa Eolas, un acto en el que la licenciada en Derecho y doctora en Literatura Española va a estar acompañada por el también escritor zamorano residente en León, Tomás Sánchez Santiago, y por el editor leonés Héctor Escobar.

Además de literata, Mar Sancho es una pertinaz viajera que le ha llevado a conocer multitud de países desde Europa hasta Asia y a recorrer el continente americano de norte a sur, desde Alaska hasta la Patagonia, residiendo durante años en Argentina, México y Estados Unidos. El viaje ha alimentado en buena medida su actividad literaria, así como la lectura, una práctica en la que se inició a la temprana edad de 2 años y que llevó al extremo a los 7 cuando tomó la decisión de leerse la biblioteca municipal por orden alfabético, una tarea que culminó a los 18 y que hoy califica de "extravagante". "Ese fue mi tiempo de leer. Cuando terminó el tiempo de leer llegué a la conclusión de que era el tiempo de vivir, el tiempo de viajar, porque al final todas las circunstancias humanas y todos los lugares están en ese ámbito de la literatura. Habiendo leído toda la biblioteca ya has conocido a todas las personas que vas a conocer en tu vida. Entonces se trataba de desentrañar a esas personas y esos lugares. Por circunstancias que siempre he procurado que fueran laborales he estado bastantes años deambulando por muchos países y ahí fue cuando después del tiempo de leer y del tiempo de vivir empezó a llegarme el tiempo de escribir, que era, con ese poso literario que me había dejado la infancia y la adolescencia, el empezar a contar aquello que yo veía. Aquellas historias que el pasajero del asiento contiguo en el tren te relata y aquellas otras que no te cuentan pero que tú te imaginas, tanto sobre esos pasajeros como sobre aquella gente que ves a través de la ventanilla en las casas que cruza el propio ferrocarril y, a la par, también en esa distancia, aprendes a conocerte a ti mismo, algo que tiene su recorrido poético", sostiene Sancho, que volviendo a su primera etapa lectora la poeta y escritora vallisoletana recuerda que en aquellos primeros años también había libros prohibidos que sus padres subían al estante más elevado para que no estuvieran a su alcance, libros como 'El túnel', de Ernesto Sábato, que recuerda haber leído a los 7 años mientras sus progenitores dormían la siesta. "En casa siempre ha habido esa perspectiva vinculada al libro y en mi caso intenté superar ese vicio lector de mi madre y hacerlo todavía mayor», confiesa Sancho, que se reconoce en cada una de las tres fases (leer, vivir y escribir) que dan como resultado un mejor conocimiento de uno mismo. "Me reconozco en todas ellas y en la suma de todas ellas. A fecha de hoy estoy en un momento en que sigo leyendo –porque no puede ser de otra manera–, sigo viviendo y viajando siempre con los ojos bien abiertos –que son las dos facetas fundamentales– y en la necesidad de contar viene la parte de escribir", destaca la autora, a la que comento que en sus comparecencias públicas siempre ha transmitido una gran seguridad en sí misma, que a menudo se traduce en un perfecto dominio de la escena, algo que supongo que lo da ese conocimiento del mundo a través de la literatura y de sus propias vivencias personales. Mar Sancho cree sin embargo que sigue siendo en buena parte la misma niña de su etapa lectora "por esa curiosidad y ese afán de aprendizaje constante que te lo da los ojos bien abiertos ante la propia lectura, la propia literatura, y también ante la propia vida y el propio viaje. Y eso es algo que no quiero perder nunca, esa capacidad de asombro y esa vocación de aprendizaje y de curiosidad, que creo que es lo que nos forja".

Además de la literatura, Mar Sancho vive con auténtica pasión la música, que le ha llevado a escribir artículos de opinión, entrevistas y críticas de música clásica en periódicos y revistas especializadas tanto nacionales como extranjeros. Le comento que la música es un lenguaje que en ocasiones se asemeja bastante a la poesía. "Es verdad que para mí la música es una de las necesidades vitales, junto a ese recopilar de historias ajenas que nos trae la literatura. Y en ese sonido y ese ritmo que necesito cada día, sí que hay un contagio muy claro a la literatura. En el caso de la poesía es evidentísimo porque toda poesía entraña esa música o esas figuras literarias muy vinculadas a la música. Y en el caso de la prosa, que no debiera, también estoy buscando prosa en la musicalidad porque es algo no soy capaz de quitarme de encima porque me inunda por completo", reconoce la escritora.

En una de sus novelas, 'Conditio sine qua non' (Cajón de Sastre), que obtuvo el Premio de Narrativa Universidad de Zaragoza en 2003, se atrevió a incorporar el elemento fantástico con un lenguaje –dicen las crónicas– muy cinematográfico. "Soy tan permeable que todos los campos me atraen. Es una novela juvenil que escribí cuando vivía en México y sí es verdad que tiene ese componente fantástico y además lo tiene de una manera un tanto especial porque la escribí en unos días que estuve en cama con fiebre. Esa situación febril me llevó al desvarío que puede conducir a la literatura fantástica, que es un género que no abordo habitualmente".

Preguntada de todos los países que ha conocido en sus numerosos viajes, cuál de ellos es el que más le ha marcado desde el punto de vista cultural, Mar Sancho responde que sus predilectos son los países hispanoamericanos "por el hecho de pensar que a lo mejor entronca más con otro tipo de ámbito vinculado al realismo mágico, que la propia vida tiene quizás una circunstancia más próxima a ese ámbito de la sorpresa cotidiana, de lo impredecible", apunta la vallisoletana, para quien el bagaje cultural en los Estados Unidos aporta otra serie de cosas también igual de interesantes.

Entrando en materia del poemario 'Entre trenes', que este jueves se presenta en la Biblioteca Municipal Padre Isla, Mar Sancho considera que toda su literatura responde al concepto de viaje. "Hablar de poesía de viaje es quizás un tanto más insólito, pero siempre acabo impregnándome de esos lugares y trasladándolos al papel, porque en la mayoría de los casos escribo poesía mientras viajo. Es un formato muy cómodo, llevas una libreta, esbozas allí el poema, que además trazo de manera manuscrita. El libro recoge cinco grandes viajes en tren y dos de ellos están tramados en el propio tren, en concreto en el Amtrak Cascades que va desde Vancouver (Canadá), pasa por el Estado de Washington y lleva a Springfield, y el otro es el conocido Transiberiano entre Moscú y Vladivostok. Cuando este verano detuve mi actividad en el ámbito de la gestión cultural decidí volver a la poesía, que siempre ha sido mi género predilecto y en el que empecé a expresarme hace ahora veinte años con un primer libro escrito en un viaje a Lisboa que ganó entonces el Premio Letras Jóvenes de Castilla y León y que me animó a seguir por esa senda. En este retorno, tras algunos años sin actividad de este tipo, estallé con esta poesía del recuerdo de otros viajes que me llevaron también a la India, a los pies del volcán Socomba en la frontera entre Argentina y Chile, y a la septentrional Fairbanks en Alaska. Como te decía es una especie de estallido necesario para relatar historias en verso que son tanto ajenas como propias, las historias de aquellos que comparten el asiento contiguo en el tren, que están al fondo del vagón o que puedes observar desde la ventanilla y que se entremezclan con esa historia propia. La vida de los otros pasajeros a veces la relatan ellos mismos y cuando no sucede así ha de ser una vida imaginada", sostiene Mar Sancho, cuyo paso por la gestión cultural que no por la política, como prefiere que se reconozca, también le ha reportado experiencias personales interesantes. "Antes te hablaba de la vocación continua de aprendizaje y por supuesto que mi paso por la Dirección General de Políticas Culturales de la Junta de Castilla y León me ha aportado mucho a título personal como aprendizaje, no tanto literario, donde a lo mejor mis fuentes de inspiración son otras, pero también en esa etapa mi vocación ha sido justamente la contraria, la de ser yo con toda esa visión o con toda esa percepción recopilada a lo largo de años sin aportar en favor de nuestro entorno. Esa era la vocación principal", concluye Sancho.
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