30/12/2021
 Actualizado a 30/12/2021
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Era el mes de agosto, despertaba el día bajo la nublina del silencio entre las montañas, como una ventana abierta pintada por Manuel Sierra, el paseo mañanero en coche hasta Cabrillanes despejaba cualquier atisbo, es cierto, se estaba en Babia. El café negro en el Brumas, hacía la espera más llevadera del compañero que venía vigilando los dineros de la oficina móvil de Unicaja, siempre era un gran placer encontrarse con él y saludarle. Hoy, esta entidad financiera abandona aún más a los pueblos abandonados y como dice la alcaldesa de Cabrillanes, «es una vergüenza, se les llena la boca hablando del mundo rural cuando necesitan los votos». Lo cierto, es el abandono continuo y solo las vagas promesas quedan en el recuerdo de los que piensan que algo va a cambiar con los que durante muchos años han gobernado y gobiernan este entresijo de Comunidad. Y es así, el Mañuequismo ha vuelto a decir que su partido es el que mejor representa el mundo rural y que impulsará una Ley de Desarrollo y competitividad Rural, si vuelve a gobernar, «increíble verdad». La única razón que existe, es el abandono que durante más de tres décadas llevan nuestros pueblos, siendo nuestra Región Leonesa la más despoblada, la más envejecida, la más maltratada, toda una apuesta bien definida y estudiada para acabar con nuestra tierrina.

Finaliza el año y no todo ha sido tan malo. El consenso entre las organizaciones empresariales, sindicatos de clase y Gobierno ha sido la excepción de una crispación política que nada tiene que ver con el sentido de la responsabilidad. El Diálogo Social, es el mejor ejemplo y así, se ha acordado la actualización del SMI, la regulación del teletrabajo, la inclusión de los ‘riders’ en el ámbito laboral, el consenso se ha materializado con un buen acuerdo en las pensiones, que supone una mejora no solo para los pensionistas sino también para el sistema y la sociedad. Y ahora, por último y casi al toque de las campanadas, un gran acuerdo que afecta de manera importante a la negociación colectiva, como instrumento en la defensa de las personas trabajadoras y que pone freno a la desigualdad del mercado que teníamos con la última Reforma laboral. El no poder utilizar los convenios de empresa como vía de escape que algunos empresarios estaban acostumbrados a utilizar, forzando salarios por debajo del sector de referencia. Un acuerdo, que penaliza a las subcontratas, al tener que regirse por el convenio sectorial. Otro de los puntos, fruto del consenso son que los más jóvenes con trabajos precarios y un excesivo abuso de la temporalidad, entrarán en el mercado de forma más digna, reduciendo para ello la tipología de contratos. Asimismo, se ha acordado mecanismos de ajuste estructural del empleo ante situaciones de crisis empresariales, como los Erte, que han supuesto en la pandemia una verdadera demostración de que otra regulación del mercado es posible, sin tener que acudir al despido colectivo.

Todos estos acuerdos, como bien digo, son fruto del entendimiento entre patronal, sindicatos y gobierno. El diálogo social deja el partidismo y el frentismo al margen y afronta las reformas necesarias desde el sentido común, mostrando una fortaleza de lo que es defender los intereses de las ciudadanas y los ciudadanos y como se debe avanzar para que nuestra sociedad sea algo más justa. Es un buen ejemplo de lo que se debe entender por patriotismo. Pero el Casadismo, no lo valora positivamente, necesita del caos y de la crispación innecesaria, como herramientas primordiales que le ayuden a auparse en el gobierno de la nación, eso sí, siempre presume de ser el más patriota, pero desprecia el acuerdo entre las partes que representan la sociedad española.

Y tenemos un ejemplo muy reciente en la Comunidad Autónoma de León y Castilla, el Mañuequismo adelanta las elecciones con la idea de sacar una mayoría suficiente que ponga freno, dice, al Sanchismo, uno no sabe si este hombre se ha confundido de elecciones. Lo importante es tapar sus carencias y sus miserias, su sentido de patriotismo autonómico, es dejar sin aprobar los presupuestos, con lo que complica muy mucho el acceso a los fondos europeos, la prórroga de ellos, al igual que en Andalucía, es síntoma de debilidad y muestra su más absoluto fracaso.

Desde la Región Leonesa, tenemos la gran oportunidad el próximo 13 de febrero, festivo, para volver a llenar las urnas de votos que ilusionen nuestra desolación, que deben de ir dirigidos a esos partidos que realmente defiendan y luchen por un futuro digno como Región, lo demás sigue siendo cantos de sirena. Cansados y hastiados de tantas promesas y proyectos que han dormido y duermen durante décadas en el cajón perdido del escritorio abandonado. León necesita volver a estar a la altura que se merece. Feliz año.
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