09/06/2022
 Actualizado a 09/06/2022
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Hubo un tiempo en que nos unimos y nos pintamos las manos de blanco para clamar contra la barbarie de la bomba lapa y el tiro en la nuca, pero algunos lo olvidaron rápido e incluso han llegado a tolerar que quienes les aplaudían –y les siguen homenajeando cuando salen de la cárcel– pinten algo en el devenir de la cosa pública. Les han teñido las manos de blanco, pero su corazón sigue siendo negro.

Y también hubo un tiempo en el que las únicas manos negras que se veían en este nuestro terruño eran las manchadas por el carbón, pero tristemente desaparecieron con lo que ello ha supuesto en el ámbito económico y demográfico.

Ahora sigue habiendo manos negras, pero no es sencillo verlas, porque suelen estar pintadas de blanco y hay quienes se empeñan en negar su existencia. El intento de poner trabas a la peatonalización del entorno de la muralla por unos restos cuya presencia se conocía de antemano y cuya reconstrucción ya había sido descartada es una clara muestra de la protección de nuestro patrimonio. ¿Quién lo duda? ¿A quién se le ocurre decir que hay una mano negra que quiere frenar el proyecto estrella del alcalde para que no esté listo antes de las elecciones de mayo? ¡Qué malpensada es la gente, de verdad!

¿Quién va a pensar que hay una mano negra para que llevemos casi dos décadas esperando la plataforma de Torneros al mismo tiempo que Valladolid nos come la merienda y será nodo estratégico para el transporte de mercancías en el noroeste? ¿Cómo vamos a imaginar que hay una mano negra para que empresas interesadas en echar raíces en este nuestro terruño finalmente se establezcan a orillas del Pisuerga o incluso crucen el puerto hacia tierras asturianas? ¿De verdad hay manos negras que pretenden rematar a quienes estamos más jodidos mientras se llenan la bocona con expresiones como «redistribución de la riqueza» y «equilibrio territorial»? ¿Es posible que una mano negra vaya a por los políticos leoneses que se plantan ante todo esto o que piden savia nueva y se salen del carril que marcan sus jefes socialistas o populares?

No sé a ciencia cierta la respuesta a todas estas preguntas, pero tengo claro que las manos blancas nunca construirían un futuro tan negro para León.
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