19/06/2021
 Actualizado a 19/06/2021
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El ser humano convive de forma relativamente pacífica a base de ceder libertad a cambio de un pacto social que nos asegure el respeto mutuo.

La autarquía es un absurdo y tanto la historia como el presente lo avalan. Una reciente teoría defiende que los Sapiens se comieron a los Neandertales y lo cierto es que a día de hoy tendríamos grandes posibilidades de ser partícipes de una buena comilona entre colectivos enfrentados, religiones varias y opositores políticos.

Lo admito, no tengo una gran Fe en la naturaleza bondadosa del ser humano, salvo que ésta sea encauzada y controlada. Podría ponerme muy realista y sacar a colación, por ejemplo, las decapitaciones de niños en Mozambique que están sucediendo ahora mismo, pero he decidido contaros lo de Manoliño, que es de aquí y aunque huela a drama, ya está en vías de solución.

Y es que parece ser que las autoridades competentes están tratando de regular la extraña situación que se ha generado en la ría gallega de Muros y Noia con la llegada de un delfín al que han apodado Manoliño. Por lo visto, el cetáceo que se instaló en la zona hace ya unos meses, ha tenido la mala suerte de ser descubierto por los bañistas y se ha convertido en un foco de atracción creciente.

Como quiera que el humano medio si ve oportunidad se lanza al regocijo sin más, ha sucedido que varios sujetos se han montado encima del delfín y otros tantos se han dejado mordisquear hasta que el animal les ha dado unos buenos meneos como los que propinaría a otro de su misma especie.

Esto no ha sido acogido con agrado. Es decir, después de marear al delfín, jalearle y ponerle como una moto, denuncian que se comporta como lo que es, un animal de 300 kilos.

Ya hay asociaciones que han tratado de explicar que el delfín tiene una vida social muy peculiar y que bajo ningún concepto se le debe sobar, montar o acostumbrar a la compañía humana, lo cual puede, además, eliminar el instinto de protección que sin duda debe conservar ante nuestra delicada especie que a día de hoy ha acabado ya con el 84% de los mamíferos silvestres.

Si bien es cierto que en lo que respecta a Manoliño, que me conste, todavía nadie ha intentado llevárselo, comérselo, hacer unos bolsos o trocearlo para souvenirs, es obvio que el pobre ignora el peligro que se cierne sobre sus aletas.

Creo que esto debería abordarse como un aperitivo de lo que es capaz de hacer la masa humana con un ser distinto. Les pido que recuerden los circos de ‘freaks’ que realmente existieron y aún existen. En el mundo aún hay ferias que tienen un pequeño show de ‘monstruos’ en el que presentan a individuos deformes, tal como lo hacía Barnum hace más de un siglo.

Muchos estudios han demostrado que las personas se comportan con los animales de manera semejante a como lo harían con otros los seres humanos, en particular con los más vulnerables.

De entrada, ha quedado probado que si te despistas se te suben a la chepa con foto incluida. Y si no, que se lo pregunten a las ‘celebridades’. Honestamente, lo de la bondad intrínseca del ser humano debe de ser una broma.
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